En plena celebración de la Semana Santa 2025, Nicaragua se mantiene como el único país de América Latina donde las procesiones religiosas han sido prohibidas por decisión estatal.
El gobierno encabezado por Daniel Ortega y Rosario Murillo continúa su ofensiva contra la Iglesia Católica, vetando toda expresión de fe que implique salir a las calles, una medida que afecta profundamente a la tradición y devoción del pueblo nicaragüense, detalló ACI Prensa.
Desde hace tres años, los actos litúrgicos públicos han sido reemplazados por rezos y lecturas dentro de los templos, ante el temor de represalias.
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Persecución a la Iglesia
Según informes locales, el régimen desplegó más de 14.000 policías con el objetivo explícito de evitar cualquier manifestación religiosa en las calles.
Este operativo, conocido como “Plan Verano 2025”, incluye no solo la vigilancia de los fieles, sino también la intimidación directa a sacerdotes, quienes deben cumplir con órdenes tajantes:
- No organizar procesiones.
- No mencionar en sus homilías y actividades religiosas nada en contra del Gobierno.
El “Plan Verano 2025” de la Policía Sandinista incluye el asedio e intimidación de policías a sacerdotes para “recordarles”: 1. La no autorización de realizar procesiones 2. No mencionar en sus homilías y actividades religiosas nada en contra del “gobierno”. Si desacatan a la… pic.twitter.com/7dUdKW9gmo
— Martha Patricia M (@mpatricia_m) March 29, 2025
La abogada e investigadora Martha Patricia Molina, actualmente en el exilio, ha documentado cerca de mil agresiones contra la Iglesia Católica entre 2018 y 2024, evidenciando un patrón sistemático de represión.
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Su informe titulado Nicaragua: Una Iglesia perseguida detalla la creciente presión sobre los líderes religiosos, quienes incluso son obligados a rendir cuentas semanales sobre sus actividades, a menudo bajo vigilancia y con limitaciones de movimiento.
Por su parte, sacerdotes como el padre Edwing Román han denunciado la presencia de agentes dentro de los templos, quienes graban misas y exigen tomarse fotografías con los curas, en un intento de manipular la imagen pública de la Iglesia.
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En Nicaragua nada está normal. Se de algunas parroquias donde permanecen policías dentro del templo, graban homilías, y éstos piden tomarse fotografía con el sacerdote para comprometerlos a dar una imagen según la chayo, de “amor y paz”.
— Edwing Román (@EdwingRoman14) April 10, 2025
La Iglesia es vista como una amenaza por el Gobierno en su intento de alcanzar el dominio absoluto sobre todos los ámbitos de la sociedad en Nicaragua.
La situación ha sido también objeto de preocupación internacional. Un informe reciente del Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua, respaldado por la ONU, identificó a más de 50 funcionarios como responsables de violaciones graves a los derechos humanos desde 2018.
Mientras el mundo celebra libremente la Semana Santa, en Nicaragua la fe se practica bajo vigilancia. Sin embargo, para muchos creyentes, la represión no ha logrado apagar la llama de su devoción.
(I)
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