Son productos utilizados durante años porque sirven para solidificar, adherir y endurecer el esmalte de uñas, pero su uso se acaba de prohibir de forma tajante en toda la Unión Europea: los compuestos TPO y DMTA no pueden utilizarse más porque son tóxicos para la reproducción y alteran el funcionamiento hormonal.

Son los dos últimos compuestos utilizados en cosmética y cuidado personal que han sido definitivamente desterrados de la UE, pero la lista de componentes tóxicos es “grande y preocupante” y no se está actualizando al ritmo que se debería, explica a EFE el coordinador del Grupo de Endocrinología y Medio Ambiente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), Nicolás Olea.

Estas dos sustancias, derivadas del petróleo y presentes en esmaltes y geles de uñas, son un “fotoiniciador” para que el gel de uña empiece a endurecerse cuando le da la luz ultravioleta y un “compuesto condicionante”, una especie de aditivo que mejora la adhesión y dureza del esmalte.

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Desde esta semana, los salones de manicura y belleza tendrán que deshacerse de todos los geles y esmaltes que lleven en su composición TPO y DMTA y ya no se pueden agotar el envase empezado ni las existencias, es una “prohibición radical”.

“Los han sacado del mercado porque son tóxicos. Se les ha aplicado la legislación de tóxicos para la reproducción, que es una de las más duras”, incide el especialista.

Estas sustancias se han clasificado dentro del grupo CMR, “carcinogénicas, mutagénicas y reprotóxicas”. En este caso, por su incidencia en la fertilidad y la reproducción.

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En 2025 y 2026 habrá nuevas prohibiciones, de microplásticos y nanopartículas de plata, oro y cobre presentes en cosméticos y filtros ultravioleta.

Demasiada tardanza

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“Es de aplaudir que se estén tomando estas medidas, lástima que tarden tanto tiempo. Siempre hay alternativas en el mercado menos peligrosas, la industria tiene sus sustitutos”, apunta Olea.

Los dos componentes recién prohibidos, añade, son también disruptores endocrinos, aunque esto no ha pesado en la prohibición porque la UE no ha legislado sobre compuestos “hormonalmente activos”.

El experto dice que los disruptores endocrinos son sustancias químicas que, una vez dentro del organismo, modifican las hormonas.

“Son mensajeros químicos que comunican un órgano con otro y estos disruptores ‘hackean’ el mensaje, lo disminuyen o lo amplifican”, detalla.

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Esos disruptores están presentes en pastas de dientes, geles de ducha, champús, detergentes, cremas faciales, productos de protección solar...

El doctor de la SEEN indica que una mujer española consume una media de 14 productos cosméticos al día que tienen una media de 38 componentes, más de 500 en total. A esto hay que sumar pesticidas, textil, envasados de plástico, etcétera.

A su juicio, debe establecerse un mayor control de estas sustancias y denuncia que los plazos para su prohibición son demasiado lentos. En ocasiones, llegan a pasar más de 30 años desde que se empiezan a detectar las primeras evidencias de toxicidad hasta que se sacan del mercado. (I)