La compañera perruna de toda su vida fue víctima de una enfermedad terminal que estaba deteriorando su salud. Su dueño, Piero Temperato, un ciudadano italiano, decidió llevarla a su playa preferida para un último encuentro con el mar y la arena. El internauta compartió los momentos en redes sociales, convirtiéndose en una publicación viral que enterneció el corazón de muchos.