El papa Francisco, de 86 años, admitió este lunes que a su edad ya no le resulta tan fácil viajar, a su regreso de una visita a Mongolia en la que tendió la mano a China, con la que el Vaticano no tiene relaciones diplomáticas.

Cientos de católicos chinos se desplazaron hacia Ulán Bator, capital de Mongolia, un exsatélite soviético que se democratizó en 1992, con mayoría budista y su comunidad católica es muy pequeña, de sólo 1.400 personas entre una población de 3,3 millones.

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Cuenta con 25 sacerdotes católicos, de los cuales sólo dos son mongoles, y 33 monjas.

Tras una misa el domingo, el pontífice se dirigió directamente a los católicos en China para pedirles “que sean buenos cristianos y buenos ciudadanos”, buscando aliviar tensiones con Pekín.

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Numerosos católicos chinos viajaron a Mongolia, cuya Constitución garantiza la libertad religiosa, para ver de cerca al papa, y el lunes afuera del refugio, un grupo de mujeres cantó en mandarín, entre lágrimas al paso del vehículo papal.

“Les digo la verdad, para mi viajar ya no es tan fácil como al inicio, pues hay limitaciones al caminar”, reconoció el pontífice argentino, que sufre dolores de rodilla y cadera, fue operado del abdomen en junio y utiliza una silla de ruedas la mayor parte del tiempo.

El vuelo llegó a Roma poco después de las 16H00 locales (14H00 GMT).

Con esta visita a Mongolia, nación situada entre China y Rusia, Francisco se planteó dos objetivos: llegar a una región remota donde el catolicismo aún no está muy extendido, y aprovechar su presencia a las puertas de China para estrechar lazos con Pekín.

Una fotografía facilitada por los medios vaticanos muestra al Papa Francisco interactuando con un seguidor en Ulán Bator (Mongolia), el 4 de septiembre de 2023. Foto: EFE

En la mañana, antes de marcharse de Mongolia, visitó la “Casa de Misericordia”, un hogar para personas en indigencia y víctimas de la violencia doméstica en las afueras de la capital, Ulán Bator.

En el avión de regreso, el papa afirmó que las relaciones entre el Vaticano y China son “muy respetuosas”, pero que ambas partes deben “ir más allá” para su entendimiento mutuo.

Busca acercamiento con China

“Las relaciones con China son muy respetuosas, mucho. Personalmente, tengo una gran admiración por el pueblo chino”, pero ambos Estados necesitan “ir más lejos en el aspecto religioso para entenderse mejor, para que los ciudadanos chinos no piensen que la Iglesia no acepta su cultura y sus valores”, declaró.

El gobierno chino, oficialmente ateo, desconfía de las organizaciones, entre ellas religiosas, que puedan cuestionar su autoridad.

Esta fotografía tomada y publicada por Vatican Media el 3 de septiembre de 2023 muestra al Papa Francisco asistiendo a la Santa Misa en el Steppe Arena de Ulán Bator. Foto: AFP

El día anterior, el papa pareció enviar un mensaje a China, sin nombrarla explícitamente.

“Los gobiernos y las instituciones laicas no tiene nada que temer de la acción evangelizadora de la Iglesia, porque la Iglesia no tiene agenda política”, aseguró.

La Santa Sede y Pekín renovaron el año pasado un polémico acuerdo de 2018 que permite a las dos partes incidir en la elección de obispos en China.

Mongolia ha buscado mantener la neutralidad entre sus vecinos expansionistas, Rusia y China, de los que depende para importar energía y exportar carbón, mientras busca acercarse a terceros países, como Estados Unidos y Corea del Sur. (I)