El mejor aliado de los rusos no es una persona, no es realmente un militar con rango general, sino el cruel y despiadado invierno del país, el cual los ayudó en numerosas ocasionas a detener y derrotar a los enemigos, acostumbrados a una estación fría más suave.

En algunas ocasiones el General Invierno pasó de ser aliado a enemigo, pero no golpea tan fuerte como golpea a los que se enfrentan a los soviéticos sin soportar la gran helada.

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El General Invierno: El mejor aliado de Rusia

Este importante aliado ruso tiene varios nombres: General Invierno, General Nieve o incluso, General Barro, según el portal Russia Beyond.

La estación climática fue bautizada así en 1812, en una caricatura satírica británica dedicada a la catastrófica campaña de Napoleón en Rusia. Los británicos escribieron: “El General Invierno afeitando al pequeño Boney (apodo de los británicos a Napoleón)”. De allí nació el nombre que se convirtió en un ícono para los rusos.

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Según los generales de Napoleón, la principal causa de la derrota de la Grande Armée fue el invierno ruso, por más que quisieron hacer frente, la realidad era otra. Las tropas francesas fueron aplastadas por los soldados rusos, quienes jugaron a agotar al enemigo con el clima a su favor y dieron la estocada final.

Incluso, en plena retirada, las severas heladas afectaron terriblemente a la Grande Armée, teniendo en cuenta que, de 600 mil soldados, solo unas pocas decenas lograron regresar con vida.

El General Invierno jugó un papel importante en otras guerras

Sin ser bautizado como tal, el General Nieve viene acompañando a Rusia desde hace un siglo antes que la guerra contra los franceses. Su primera aparición fue en 1708, durante la Gran Guerra del Norte entre Suecia y Rusia, el ejército de Carlos XII pasó el invierno en Ucrania. Allí sufrieron los estragos del invierno más frío que Europa había vivido en 500 años.

A pesar de que los escandinavos estaban acostumbrados a las bajas temperaturas, no estaban preparados para unas como la de tal época. Literalmente, la mitad de los soldados y caballos suecos se congelaron, lo que ayudó al zar Pedro el Grande en la decisiva batalla de Poltava para conseguir la victoria.

Sin embargo, el General Invierno no siempre está a favor de los rusos. Durante la Guerra de Invierno que estalló entre la Unión Soviética y Finlandia en 1939, las tropas rusas se enfrentaron a uno de los inviernos más crueles del siglo XX y también decenas de soldados se congelaron, lo que permitió a los finlandeses avanzar y dar un duro golpe, aunque perdieron la guerra, lograron hacer que lo rusos perdieran a 126 mil soldados.

En la batalla de Moscú en la Segunda Guerra Mundial, el General Invierno también perjudicó a los soviéticos. Un severo frío, entre -30ºC y -50ºC, detuvo su ofensiva en noviembre de 1941.

Con suelos congelados, los alemanes avanzaron con sus divisiones blindadas, mientras los soldados soviéticos se congelaban y se hundían en la profunda nieve.

Sin duda, el General Invierno es un gran aliado ruso, pero durante su historia, dejó demostrado que el cualquier momento los puede traicionar y beneficiar a sus enemigos. (I)

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