El comandante a cargo de resguardar la residencia del presidente de Haití se convirtió rápidamente en sospechoso del magnicidio del presidente Jovenel Moïse el mes pasado, cuando su equipo de seguridad se desvaneció inexplicablemente, lo que permitió que sicarios ingresaran a la casa sin enfrentar mucha resistencia y asesinaran al mandatario en su propia alcoba.