Un tribunal de El Salvador condenó este martes a 15 años de prisión a tres exjefes militares por el asesinato de cuatro periodistas neerlandeses hace 43 años durante la guerra civil en el país centroamericano (1980-1992).

Los condenados por este crimen que conmovió a la comunidad internacional son el exministro de la Defensa general José Guillermo García, de 91 años; el exdirector de la desaparecida Policía de Hacienda coronel Francisco Morán (93); y el coronel Mario Adalberto Reyes Mena (85), excomandante de la Cuarta Brigada de Infantería, con sede en Chalatenango.

“Acaba de entregar el jurado el veredicto condenatorio en contra de los tres” militares retirados, dijo el abogado Pedro Cruz, representante de las familias de las víctimas, a la salida del tribunal, tras una audiencia de once horas.

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El abogado indicó que los tres militares fueron “condenados a 15 años (de cárcel), tomando en cuenta su condición de salud y de edad”. La pena máxima prevista para estos crímenes es de 30 años.

Además, el tribunal “condenó al Estado de El Salvador por la retardación de justicia, una condena simbólica, y se condena a un pronunciamiento público al comandante general de la Fuerza Armada (el presidente Nayib Bukele) para que les pida perdón a las víctimas en nombre de la Fuerza Armada”, agregó Cruz.

“La lucha contra la impunidad se ganó”

El 17 de marzo de 1982, los periodistas neerlandeses Jan Cornelius Kuiper Joop, Koos Jacobus Andries Koster, Hans Lodewijk ter Laag y Johannes Jan Willemsen fueron asesinados en una emboscada del batallón Atonal en Chalatenango mientras hacían un documental sobre la guerra civil salvadoreña.

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“La lucha contra la impunidad llevó mucho tiempo, pero se ganó”, declaró el embajador de Países Bajos para Centroamérica, Arjen van den Berg, al salir del juzgado, al que no pudo ingresar la prensa.

Las víctimas trabajaban para IKON TV, un canal de Países Bajos creado por varias iglesias.

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La causa por los asesinatos fue reabierta en 2018 después de que la Corte Suprema salvadoreña declarara inconstitucional en 2016 una ley de amnistía de 1993 que perdonó los crímenes de la guerra civil.

El conflicto armado salvadoreño, que enfrentó a las fuerzas gubernamentales con la guerrilla izquierdista Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), dejó 75.000 muertos y 7.000 desaparecidos, según cifras oficiales.

“Emboscada planeada”

“Hoy las víctimas son el centro, no los victimarios. Esto nos llena de esperanza para seguir impulsado los demás casos” pendientes, dijo a la AFP al salir del tribunal el activista Óscar Pérez, líder de la fundación Comunicándonos, ONG que acompañó a las víctimas durante estos años.

Ninguno de los acusados asistió a la audiencia. García y Morán permanecían bajo arresto en un hospital privado de San Salvador, mientras Reyes Mena vive en Estados Unidos. Aunque la Corte Suprema salvadoreña aprobó pedir su extradición en marzo, la gestión no ha progresado.

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García encabezó la Fuerza Armada de 1979 a 1983, cuando se registraron las peores masacres perpetradas por militares.

El asesinato de los periodistas neerlandeses fue uno de los crímenes investigados por una comisión creada por la ONU tras el fin de la guerra civil.

“La Comisión de la Verdad considera que existe plena evidencia de que la muerte de los periodistas holandeses (...) fue consecuencia de una emboscada planeada con anterioridad por el comandante de la Cuarta Brigada de Infantería coronel Mario A. Reyes Mena, con el conocimiento de otros oficiales”, dice el informe publicado en 1993.

El caso permaneció en la impunidad luego de que en 1988 la jueza encargada recibió amenazas, por lo que solicitó refugio en Canadá.

El jurado integrado por cinco mujeres demoró cerca de una hora en entregar su veredicto condenatorio.

Según Cruz, en el proceso fueron aportadas “pruebas importantes”, como la declaración de un agregado militar de Estados Unidos en El Salvador en el momento del crimen.

También figura un “peritaje militar” realizado por un experto que precisó de manera detallada el funcionamiento de la cadena de mando y la doctrina castrense en la época. (I)