Estados Unidos anunció esta semana que liberará hasta 50 millones de barriles de petróleo de sus “reservas estratégicas” —Goldman Sachs estimó que se llegaría hasta 70-80 millones—. El objetivo: bajar el precio del barril, que ha tenido un continuo aumento por las estrategias de producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y aliados, como Rusia.