40 pasajeros y 5 tripulantes abordaron el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, el 13 de octubre de 1972, con destino a Santiago de Chile. Entre ellos viajaban 19 jóvenes del equipo de rugby Old Christians, con varios de sus amigos y familiares, para jugar un partido contra un equipo de rugby chileno.
Pero debido a un error de navegación de los pilotos, el avión se estrelló en la cordillera de los Andes, y los únicos 16 sobrevivientes del accidente no fueron rescatados hasta 72 días después.
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Esta historia se conoce como la tragedia de los Andes, y fue retratada en una película dirigida por J. A. Bayona, La sociedad de la nieve, disponible en Netflix.
Cuando el avión se estrelló contra una montaña perdió la cola y las dos alas. El fuselaje se deslizó como trineo y terminó aterrizando en un valle nevado, conocido como el Valle de las Lágrimas.
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Ahí es donde convivieron los sobrevivientes por más de dos meses, hasta que dos de ellos, Fernando Parrado y Roberto Canessa decidieron cruzar la cordillera para conseguir ayuda, en vista de que no acudía ningún rescate hacia ellos.
Así se veía el Valle de las Lágrimas en 1972
El Valle de las Lágrimas está ubicado a 3.600 metros sobre el nivel del mar, en la frontera entre Argentina y Chile. Al momento del accidente, la zona estaba totalmente repleta de nieve, lo que ayudó a que el avión no se destrozara con la caída, sino que en cambio se deslizara a lo largo de la montaña.
Era un lugar totalmente desierto, sin plantas o animales que vivieran en esas condiciones de frío extremo.
Así se ve ahora el Valle de las Lágrimas
Durante el medio siglo que ha pasado desde el accidente, los sobrevivientes y los familiares de los fallecidos han retornado en múltiples ocasiones al Valle de las Lágrimas, para rendir honor al lugar donde algunos se salvaron y otros perecieron.
El fuselaje fue quemado, los cuerpos de los muertos fueron sepultados, y una cruz se levantó en el lugar donde antes reposaba parte del avión. Allí, los sobrevivientes dejaron un mensaje: “En recuerdo a nuestra visita, los 16 a nuestros 29 hermanos como siempre unidos”.
Además, un monumento recoge los nombres de los fallecidos y muy cerca hay objetos personales que los visitantes han ido dejando por años.
Pero si hay algo que se destaca de la zona, es que el Valle de las Lágrimas ya no está cubierto de nieve. Ahora, el paisaje es gris y marrón por las montañas y las piedras, con apenas un poco de nieve que cae.
El deshielo se debe principalmente al cambio climático y al calentamiento global, pues las temperaturas ya no permiten que se forme la misma cantidad de nieve que hace 50 años.
(I)