Cómo uno de los hijos de Emilio Guzmán y María Consuelo Loera, Joaquín El Chapo Guzmán Loera llegó a convertirse en el líder de un cartel de drogas es una pregunta que pocos se atreven a responder en su poblado natal, La Tuna, México.

En La Tuna, pueblo enclavado en Sinaloa, creció el capo que hoy ve sus días pasar en una cárcel en los Estados Unidos.

Esa situación no variará. Fue condenado en 2019 a cadena perpetua al comprobarse que “era el líder principal del Cartel de Sinaloa, una organización narcotraficante internacional basada en México responsable de la importación y distribución de grandes cantidades de cocaína, marihuana, metanfetamina y heroína hacia y en los Estados Unidos”, recuerda el site del ICE, el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos .

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Según esa agencia del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, la evidencia en el juicio —incluyendo testimonio de 14 testigos cooperantes, incautaciones de narcóticos de más de 130.000 kilos de cocaína y heroína, entre otras— describió en detalle las actividades de narcotráfico de Guzmán Loera y sus coautores a lo largo de 25 años, desde enero de 1989 hasta diciembre de 2014″.

Guzmán Loera fue denominado repetidamente por testigos como uno de los cabecillas del cartel de Sinaloa.

ICE

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Cómo llegó a ser cabecilla del Cartel de Sinaloa

Entre los 80 y 1993, El Chapo Guzmán “era un miembro de rango intermedio del cartel de Sinaloa”, aunque reconocían “lo rápido que transportaba drogas desde México hacia los Estados Unidos para los carteles colombianos”.

En su recuento, el ICE destaca que luego de escapar de una prisión mexicana en 2001 al esconderse en un carrito de lavandería, se consolidó como uno de los líderes preeminentes del cartel de Sinaloa.

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Guzmán Loera “hacía cumplir su voluntad y mantuvo control de su imperio de drogas mediante un ejército de sicarios mortales y una red sofisticada de comunicaciones”.

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Aspectos de su personalidad lo llevaron a ser el jefe del Cartel de Sinaloa

La periodista Anabel Hernández en su libro Los Señores del Narco citó que agentes de la Procuraduría General de la República (PGR) hicieron un exhaustivo análisis del perfil criminal de Guzmán Loera, publicó Infobae.

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Ese estudio de expertos describió a “El Chapo”como un hombre “egocéntrico, narcisista, astuto, perseverante, tenaz, meticuloso, selectivo y hermético, con una capacidad criminal alta y una adaptabilidad social media alta”.

Tras el juicio en Estados Unidos se ratificó que “Joaquín Guzmán Loera y su organización dependían del uso de la violencia para mantener su poder a lo largo de la región y más allá de esta”.

Recordaron autoridades judiciales que conocidos testificaron que “Guzmán Loera dirigió a sus sicarios a secuestrar, interrogar, torturar y dispararle a miembros de organizaciones narcotraficantes rivales, a veces llevando a cabo los actos de violencia él mismo”.

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Encantador y manipulador

Agentes de la extinta Procuraduría General de la República (PGR) destacaron, respecto al carácter de Joaquín Guzmán Loera, “tres rasgos que lo alejaban de ser un narco más del montón”, publicó Infobae.

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De esa manera lo consideraron “ingenioso, manipulador y encantador”.

Hernández escribió en su libro que hace 30 años “era un hombre con fallas notables en el control de sus impulsos, tanto sexuales como agresivos, y presentaba baja tolerancia a la frustración”.

Con la información a la que tuvo acceso esta periodista, enfatizó que de manera contradictoria el capo oriundo de La Tuna era un “maestro en el arte de la seducción” y a la vez un “hombre cruel”, que solo buscaba el beneficio propio sin importarle que afecte los intereses de los demás.

De “El Chapo” Guzmán señaló, igualmente, que era “capaz de causar daño físico de manera casual y sin pensarlo, ya que las necesidades y los sentimientos de los demás no tienen sentido inmediato para él”.

El hijo de Emilio y María Consuelo pasará “el resto de su vida detrás de las rejas”, se aseguró en 2019.

“Pasó toda una vida propagando su veneno a lo largo de nuestro país”, indicó en su momento Ariana Fajardo Orshan, exfiscal federal para el distrito sur de Florida.

La Justicia estadounidense señaló tras la sentencia: “El mundo ahora estará protegido de su brutalidad”. (I)

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