La Luna, el único satélite natural de la Tierra, es la protagonista de nuestro cielo en la noche, salvo cuando es luna nueva. Pero no solo eso, ya que esta marca el ritmo de nuestro planeta -las subidas y las bajadas de las mareas-, lo que afecta la variedad de maneras en que se usa el océano para alimentarnos, viajar y recrearnos.