Santiago de Chile acogerá el 25 y 26 de enero la reunión extraordinaria de ministros de Educación de América Latina y el Caribe, Ministerial de Educación: Santiago 2024, cuyo objetivo final será la propuesta de una agenda de acciones concretas desde un espacio político y técnico, con el fin de superar la crisis educativa de la pospandemia.

Se abordarán e intercambiarán experiencias de políticas públicas para avanzar en la reactivación, la recuperación y la transformación educativa como aceleradores del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS 4), y el financiamiento de la educación como una condición habilitante.

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La instancia es convocada por la Unesco y el Ministerio de Educación de Chile y coorganizada por el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), el Banco Mundial, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y Unicef.

Este encuentro forma parte del seguimiento a la Cumbre sobre la Transformación de la Educación de las Naciones Unidas, en la que se establecieron esfuerzos para superar la crisis educativa derivada del COVID-19 y reimaginar los sistemas educativos del futuro.

Asimismo, se recuerda que en la cumbre se renovó el compromiso mundial con la educación como un bien público, a través de la movilización de la acción, la ambición y la solidaridad en busca de soluciones en el marco de los compromisos ya existentes.

Estarán presentes los ministros de Educación de Argentina, Brasil, Ecuador, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, entre otros, quienes participarán de las actividades preparadas, conversatorios y bilaterales que se coordinarán previamente.

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Esta reunión, a la que se ha invitado también a autoridades y expertos de finanzas, se realiza en un contexto en el que, según diversas evidencias internacionales, se está viviendo la mayor crisis educativa de los últimos cien años.

Se indica que el impacto por la pandemia ha sido especialmente grave en América Latina y el Caribe, una de las regiones más desiguales del mundo, afectando a más de 170 millones de estudiantes en toda la región, quienes han perdido, en promedio, 1,5 años de escolaridad.

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A su vez, los datos revelan las deudas históricas de los sistemas educativos para garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todas y todos los estudiantes: hay 4,3 millones de niños y niñas en edad de primaria y secundaria baja que permanecen fuera de la escuela, lo que constituye un núcleo de exclusión que no ha logrado ser subsanado a pesar de los esfuerzos de los distintos países de la región. (I)