Nandipha Magudumana, una médica de la alta sociedad, era madre de dos hijos y dirigía una exitosa clínica especializada en el cuidado de la piel y en tratamientos estéticos en el lujoso distrito de Sandton, en Johannesburgo, hasta que se enamoró de un asesino convicto a quien supuestamente le ayudó a fugarse de la cárcel.