El representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, aseguró este martes que “casi 50 países” le han contactado para negociar la retirada de los aranceles que el Gobierno de Donald Trump les impuso la semana pasada y que varios, como Argentina o la India, han mostrado su disposición a buscar “reciprocidad” comercial con la primera economía mundial.
“Casi 50 países me han contactado personalmente para explorar cómo lograr reciprocidad”, explicó ante el Comité de Finanzas del Senado, donde insistió en la idea del Gobierno de que el resto de países del mundo no tratan de manera justa a EE.UU. y que por ello “el presidente reconoce la situación de emergencia” a partir de la cual ha activado su agresiva guerra comercial.
“Varios de estos países como Argentina, Vietnam, la India o Israel, han sugerido que reducirán sus aranceles y barreras no arancelarias en línea con la política del presidente (Trump)”, indicó Greer a cuenta de los progresos en las negociaciones en este terreno, en un momento en que los mercados temen que la ofensiva del republicano depare una recesión global.
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El pasado miércoles, Trump presentó aranceles globales del 10 % y unas tasas superiores para otras regiones y países como la Unión Europea (UE) o China, que ha respondido con aranceles recíprocos y ha dicho que peleará al respecto “hasta el final”.
Por su parte, el senador demócrata Ron Wyden denunció ante el comité que el plan de la Administración ha dejado “la economía en el purgatorio” y la ha convertido en “objeto de burla” sin que el pueblo estadounidense haya recibido una “explicación comprensible” acerca de la meta última de la estrategia.
A su vez, el presidente del comité, el republicano Mike Crapo, expresó su deseo de que “el objetivo” de los aranceles sea llevar pronto mejores condiciones para el sector exportador estadounidense, subrayando la intranquilidad que el proceso está generando también en las filas del partido de Trump.
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Greer señaló que la acometida arancelaria busca “lograr reciprocidad y reducir el enorme déficit comercial para relocalizar la producción en EE.UU.” y consideró que la guerra comercial es “el cambio más significativo en política comercial” desde que EE.UU. “permitió” a China entrar en la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El representante comercial incidió en el golpe económico para la clase media estadounidense que, según él, ha supuesto el crecimiento de China como potencia exportadora, con destrucción de tejido industrial y puestos de trabajo que se han producido con el visto bueno de anteriores Gobiernos en Washington.
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En ese sentido, destacó el hecho de que el Ejecutivo de Joe Biden (2021-2025) dejara un déficit comercial de 1,2 billones, “el más grande en la historia de la humanidad”, la falta de acceso a semiconductores durante la pandemia o la pérdida de músculo de los astilleros estadounidenses, factores que han impedido al país “construir, hacer y crecer”.
Otros representantes del Gobierno de Trump hablaron hoy con el aparente objetivo de tranquilizar a los mercados y asegurar que hay avances en las negociaciones para evitar que la guerra comercial empeore.
El principal asesor económico de Trump, Kevin Hassett, afirmó en la cadena Fox News que la Administración ha recibido una gran cantidad de solicitudes para que se eliminen los aranceles y reveló que los contactos con Japón y Corea del Sur, a los que definió como dos de los aliados y “socios comerciales más cercanos” de EE.UU., serán prioritarios.
Por otro lado, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, que ha hablado de que hasta 70 estados están pidiendo negociar, indicó en la cadena CNBC que la decisión de Trump de abrirse a conversar obedece “al flujo masivo” de peticiones y no al desplome de los mercados, dando a entender que el presidente está muy seguro del éxito de su iniciativa. (I)
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