Cuando se escucha que hubo un tiroteo en Estados Unidos es inevitable pensar “otra vez”. El país norteamericano es constantemente asediado por estas situaciones, de las que además se desprende otro asunto muy importante para su cultura y sus leyes: el libre acceso a las armas de fuego.
Dos tiroteos (en Atlanta, Georgia, y Boulder, Colorado) en los que murieron 18 personas (8 y 10, respectivamente) en alrededor de una semana —sin contar otros con menor cantidad de víctimas— han vuelto a traer a la palestra el tema del control de armas, que ha resultado ineficiente por décadas en Estados Unidos debido a la Segunda Enmienda de la Constitución, que garantiza el derecho de los estadounidenses a portar armas.
Publicidad
Según Gun Violence Archive, organización que lleva un registro de todos los ataques, desde 2014 hasta lo que va de 2021 hubo 2.697 tiroteos masivos en Estados Unidos. Desde enero hasta el 24 de marzo se registran 104 tiroteos masivos. En estos han muerto 39 personas y 7 han quedado heridas.
Para Gun Violence un tiroteo masivo es cuando hay cuatro víctimas, ya sean muertos o heridos. Mientras que el diario The Washington Post y otros medios dicen que se considera un tiroteo masivo cuando mueren cuatro o más personas.
Publicidad
Desde ese punto de vista, se calcula que desde el tiroteo ocurrido en la Universidad de Texas el 1 de agosto de 1966, en el que murieron 17 personas tras ser baleadas por un joven desde una torre, han ocurrido 183 tiroteos.
Además que 1.290 personas han muerto en estos ataques realizados por 194 pistoleros, quienes han usado 348 armas. Los que disparan se suelen suicidar la mayoría de las veces. Entre los asesinados había 205 menores edad.
En ese contexto, también se destacan cuáles son los 11 mayores tiroteos masivos que ha tenido Estados Unidos en los últimos 22 años:
- 60 muertos y 849 heridos en un festival de música country en Las Vegas, el 1 de octubre de 2017. El atacante se llamaba Stephen Paddock, de 64 años, quien se suicidó cuando la policía se acercaba a su habitación en el hotel desde el que disparó.
- 49 muertos y 53 heridos en la discoteca Gay Pulse de Orlando, Florida, el 12 de junio de 2016. El atentado fue hecho por Omar Mateen, un hombre que simpatizaba con ideas yihadistas radicales. Fue abatido.
- 32 muertos y 23 heridos en Blacksburg, Virginia, el 16 de abril de 2007, cuando un estudiante surcoreano disparó en el campus del Virginia Tech. Luego del ataque se suicidó.
- 27 muertos y 2 heridos fue el resultado de un tiroteo en la escuela primaria Sandy Hook, Connecticut, el 14 de diciembre de 2012. El atacante se llamaba Adam Lanza, quien se suicidó.
- 26 muertos y 20 heridos dejó el también suicida Devin Kelley, de 26 años, quien antes de morir disparó en una iglesia de Sutherland Springs, Texas, el 5 de noviembre de 2017.
- 23 muertos y 26 heridos provocó un supremacista blanco llamado Patrick Crusius (21 años) en un centro comercial de El Paso, Texas, el 3 de agosto de 2019. Fue abatido.
- 17 muertos y 17 heridos fue el resultado de un tiroteo del 14 de febrero de 2018 en la secundaria Stoneman Douglas, en Parkland, Florida, provocado por un exestudiante llamado Nikolas Cruz. Él fue detenido.
- 14 muertos y 21 heridos en San Bernardino, California, el 2 de diciembre de 2015. El ataque, realizado por dos personas que luego fueron abatidas por las fuerzas de seguridad, fue en el centro de ayuda para discapacitados en esa localidad.
- 13 muertos y 24 heridos en la secundaria Columbine, cerca de Littleton, Colorado, dejó el accionar de dos adolescentes que primero habían intentado explotar la escuela con bombas caseras que no funcionaron. Ocurrió el 20 de abril de 1999.
- 12 muertos y 5 heridos dejó como víctimas un funcionario en Virginia Beach, Virginia. Pasó el 31 de mayo de 2019.
- 10 muertos dejó el último ataque realizado esta semana (lunes 22 de marzo) en un supermercado de Boulder, Colorado. Un joven de 21 años fue identificado como el autor y está detenido.
Otros ataques no muy antiguos en los que murió un número de personas cercanas a la decena se dieron el 4 de agosto de 2019, cuando un hombre asesinó a 9 personas e hirió a otras 27 en una zona comercial de Dayton, Ohio; mientras que la semana pasada —el 17 de marzo— ocho personas (seis eran mujeres de origen asiático) murieron en tres ataques a espás.
La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, urgió el miércoles al Congreso estadounidense a hacer algo ante la violencia armada en el país, al reconocer que la capacidad de la Casa Blanca para contenerla es limitada y que no habrá una solución “duradera” si no se aprueban leyes al respecto.
En una entrevista con la cadena televisiva CBS News, Harris expresó su frustración por la falta de acción en la última década para prevenir los tiroteos masivos que ocurren regularmente en Estados Unidos, y que en solo una semana han dejado 18 muertos en Atlanta (Georgia) y Boulder (Colorado), informa EFE.
Sin embargo, el debate sobre el control de armas es uno de los más estériles de la política estadounidense.
Es improbable que alguna medida que restrinja o limite la venta y compra de armas reúna los 60 votos necesarios para salir adelante en el Senado, donde la estrechísima mayoría demócrata debería convencer a diez republicanos de sumarse a ellos.
Harris, quien antes de convertirse en la primera mujer vicepresidenta del país fue senadora y fiscal de California, insistió en que sigue confiando en que el Congreso acabe por actuar, y que los republicanos dejen de lado sus advertencias “falsas”, porque nadie está hablando de “deshacerse de la Segunda Enmienda” de la Constitución, sino que se necesitan leyes que regulen el uso de armas.
Los tiroteos masivos han disminuido en Estados Unidos desde que comenzó la pandemia, pero estos eventos han dejado más muertos en la última década que en las anteriores, debido en parte al uso de armas de asalto con cargadores de gran capacidad, según The Washington Post. (I)