El Monte Santa Helena, un estratovolcán ubicado en el estado de Washington (EE. UU.), ha sido objeto de estudios científicos intensivos y monitoreo constante debido a su historia eruptiva y su actividad volcánica potencialmente peligrosa.

En la actualidad, el coloso ha comenzado a retumbar nuevamente recientemente, más de cuatro décadas después de la peor erupción en la historia estadounidense.

Desde el 1 de febrero de 2024, la Red Sísmica del Noroeste del Pacífico ha registrado aproximadamente 350 sismos en el volcán de 2.549 metros. El movimiento más grande sentido recientemente fue de magnitud 2,0 el 31 de mayo de 2024.

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Este volcán es conocido mundialmente por su erupción catastrófica ocurrida el 18 de mayo de 1980. Esta suceso fue uno de los más destructivos en la historia de los EE. UU. y tuvo un impacto significativo en la geología y el paisaje circundante.

Antes de la erupción, el Monte Santa Helena tenía una forma cónica simétrica típica de los estratovolcanes. Sin embargo, la erupción causó la destrucción de la cima del volcán, creando un gran cráter y desencadenando una potente explosión lateral que devastó la zona circundante. La columna de ceniza resultante se extendió por gran parte del noroeste de los EE. UU. y alcanzó incluso Canadá.

El famoso volcán tiene una altura de 2.549 metros. Foto: Pixabay

Se teme que los sismos actuales puedan provocar otra explosión masiva que recuerde a la erupción de la década de 1980 que dejó 57 muertos y alteró permanentemente el ecosistema de la zona, detalla Daily Mail.

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A principios de junio, el número de temblores registrados por semana alcanzó un máximo de 38 eventos por semana, la mayoría de los cuales ocurrieron a unos 4,6 kilómetros por debajo del suelo del cráter.

Equipos especializados han detectado que el magma ha estado fluyendo a través de cámaras a gran profundidad bajo tierra, provocando que el volcán se recargue.

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Los aumentos a corto plazo en las tasas de terremotos son comunes en Mount Santa Helena y se consideran parte de la sismicidad de fondo”, dijeron expertos del Observatorio de Volcanes Cascades en un comunicado esta semana. “Los dos últimos períodos de elevada sismicidad (en 2023 y 2024) representan el mayor aumento a corto plazo en las tasas de terremotos desde que terminó la última erupción en 2008″, agregaron.

No obstante, en 1988 a 1992, 1995 a 1996 y 1997 a 1999 estallaron secuencias similares que implicaron aún más sismos y ninguno de ellos desencadenó directamente una erupción.

Se cree que los movimientos son causados por la presurización del sistema de transporte de magma, que a su vez es provocada por la llegada de magma adicional, un proceso llamado recarga.

El magma burbujea gradualmente a través de la corteza inferior y se acumula en un depósito entre 4 y 10 kilómetros por debajo del nivel del mar. Los eventos de “recarga” estallan cuando el magma ingresa a este depósito y provoca terremotos.

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“No se han producido cambios significativos en otros parámetros de seguimiento (deformación del suelo, gases volcánicos o emisiones térmicas) ni cambios en los peligros en el Monte Santa Helena como resultado de esta actividad”, concluyó el Observatorio.

Sin embargo, en 1980 se registraron pequeños terremotos en el lugar justo antes de la mortal erupción. (I)

Este volcán es conocido mundialmente por su erupción catastrófica ocurrida el 18 de mayo de 1980. Foto: Pexels