Horas antes de que asesinaran en Teherán el líder de Hamás, Israel atacó en el Líbano al comandante de Hezbolá, Fuad Shukr. El hombre de origen sirio era el asesor cercano del líder de Hezbolá, Hasán Nasrala, y por su captura Estados Unidos ofrecía 5 millones de dólares de recompensa.