Los anfibios ecuatorianos son muy vulnerables. Se acostumbran a vivir en lugares muy específicos: se les dificulta atravesar ríos y montañas. La manera en la cual funciona su piel, además, facilita que pierdan su agua corporal y fallezcan, indica Santiago Ron, biólogo de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y experto en ranas. Esto, sumado a otros factores, resulta en que la tasa de amenaza y riesgo de extinción en anfibios sea “más alta que en otros vertebrados como mamíferos”.