El submarino Titan, creado por la compañía Oceangate Expeditions y usado por ella en sus ofertas de expediciones a los restos del Titanic, sufrió una “implosión catastrófica” a casi 4.000 metros de profundidad bajo las aguas del océano Atlántico. Dentro del submarino se encontraban cinco tripulantes, declarados muertos por la Guardia Costera estadounidense el pasado 22 de junio.
Una implosión es lo opuesto a una explosión: mientras que en una explosión la energía se expulsa hacia afuera, una implosión se genera por un proceso inverso en el cual la fuerza actúa hacia adentro. En el caso de sumergibles, según Alejandro Chanabá, docente e investigador de la Escuela Superior Politécnica del Litoral del Ecuador, la implosión es “un modo de daño típico de las estructuras de aguas profundas”.
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Las implosiones se producen debido a la “enorme presión hidrostática” generada por el agua. “Cuando la estructura es golpeada por fuerzas externas o tiene algún defecto en el casco, no resiste la presión hidrostática y se rompe”, añade Chanabá.
Un sistema ultrasecreto de la Marina de Estados Unidos detectó la ‘implosión catastrófica’ de Titan hace días, según The Wall Street Journal
En el momento en que la presión dentro del casco sea mucho más baja que la presión externa, explica Chanabá, el agua ingresa al casco del submarino “a una velocidad muy alta”, causando que el aire dentro “se aplaste” y comprimiendo la nave en su totalidad.
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La violencia de una implosión es tal que será “muy difícil” determinar la secuencia de eventos previos a ella y posteriores a que el sumergible perdiera comunicación con la superficie, según Roderick Smith, profesor de ingeniería en el Colegio Imperial de Londres, en entrevista para Al Jazeera, pues sería necesario recuperar restos del submarino, cuestión difícil debido a la fuerza del evento.
Mientras que la presión del agua de un sistema de tuberías de un hogar es de 30 a 80 psi (libras por pulgada cuadrada), la presión a la profundidad en la que se encuentran los restos del Titanic (4.000 metros) es de 5.800 psi. Así, la presión que ocasionó la implosión del submarino es aproximadamente de 73 a 193 veces más grande que la encontrada en un sistema de plomería de una casa común.
Los tripulantes del Titan, por suerte, ni siquiera se habrían percatado de la implosión. Michael Harris, buzo experto y líder de múltiples visitas en submarino al sitio del naufragio del Titanic, explicó en entrevista a la cadena televisiva estadounidense Fox News que la implosión tomó dos milisegundos, mientras que a las columnas vertebrales humanas les toma cuatro segundos registrar un evento captado por los nervios y enviarlo al cerebro. Por lo tanto, concluye, no sintieron dolor al morir. (I)