María Medina Castro, de 55 años, ha realizado múltiples labores durante su historia laboral. Atendió y administró negocios, fue profesora de prekínder en una escuela particular y hasta laboró como impulsadora, pero desde hace diez años no logra conseguir un empleo que garantice un ingreso fijo.

Ella creció en el Suburbio, en el suroeste de Guayaquil, y se fue a vivir a Manta con su pareja luego de terminar el bachillerato. Allá trabajaba mientras cuidaba a sus tres hijas, pero hace quince años se divorció. Su último empleo como asalariada fue justamente hace una década, cuando fue maestra de prekínder en un jardín particular que cerró.

Publicidad

¿Cuántos empleos con afiliación al IESS hay en Ecuador por mes?: estas son las áreas de la economía donde se encuentran

Desde entonces busca empleo sin conseguirlo. “La última carpeta que mandé fue la semana pasada que se la di a un amigo que necesitaba alguien que administre un negocio, pero hasta ahora no recibo una noticia buena”.

En los últimos diez años vive de la pensión que le pasa su expareja y se ayuda con la venta de artículos por catálogo. “Mi exesposo me construyó una casa, por lo que no pago alquiler, pero sí cubro los servicios básicos, alimentación e internet”, cuenta Medina.

De la venta de artículos por catálogo recibe un ingreso irregular que rara vez llega a sumar el sueldo mínimo fijado en $ 460 mensuales este año, por lo que ella es ubicada en la categoría de empleo inadecuado porque gana menos del básico.

Publicidad

Para medir el empleo el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) calcula la población en edad de trabajar, que por consenso mundial abarca al total de habitantes de un país o territorio que tiene 15 años o más.

La última cifra del INEC corresponde a abril pasado e indica que en Ecuador hay 13′188.992 personas en edad de trabajar, de las que 8′608.443 son parte de la población económicamente activa (PEA), integrada por los que tienen trabajo o realizan alguna actividad que genere ingresos o están desempleados y lo buscan.

De este último grupo se clasifica a las personas, según el tipo de empleo que poseen o si están desempleadas.

El empleo adecuado no logra alcanzar los niveles de hace una década

La categoría de empleo adecuado incluye a la PEA que percibe ingresos iguales o mayores al salario mínimo y trabaja 40 horas o más a la semana. En el país sumaron 2′894.141 en abril pasado, lo que representa el 33,6 % de la población que no tiene trabajo o lo busca.

La tasa de empleo adecuado se reduce aún más en la población cuyas edades oscilan entre los 15 y 24 años al ubicarse en 20,3 %. El desempleo afectó al 8 % de la PEA de este grupo etario en abril pasado, más del doble del promedio nacional (3,4 %).

Estos porcentajes son menores a los que había hace una década. El 45,5 % de la PEA poseía un empleo adecuado en marzo del 2014, lo que se reduce al 34,4 % en el mismo mes de este año, una caída de 11,1 puntos.

Esto implica una disminución del total de personas con este tipo de empleo, pese a que hay más habitantes con trabajo o buscándolo ejerciendo presión en el mercado laboral debido al aumento poblacional.

Dónde están los 105.000 jóvenes empleados en los seis meses del gobierno de Daniel Noboa

En marzo del 2014 había 3′206.080 personas con empleo adecuado lo que bajó a 2′937.706 en marzo de este año; 268.374 empleos adecuados menos que hace una década.

Las dos causas principales que explican la no recuperación del empleo adecuado

Carlos Uribe, analista económico y profesor de la Universidad San Francisco de Quito, indica que hay dos causas principales que impiden la creación de plazas de empleo formales que garanticen al menos el pago del sueldo mínimo.

La primera es un mercado laboral extremadamente rígido. “Es caro contratar y despedir, o sea, hacer ajustes en su nómina para las empresas es caro. El salario mínimo es bastante alto si se compara con los promedios de la región. Y si es un empleo con seguridad social se encarece aún más con el pago de los décimos, aportes. El despido viene de la mano con la indemnización, todo eso hace que las compañías piensen dos y tres veces al momento de contratar”, asegura el especialista.

¿Renunció a su trabajo? Esto es lo que debe recibir como indemnización

La segunda causa desde el punto de vista económico y estructural responde a la caída del precio del petróleo a finales del 2014, que restringió la generación de empleo de calidad en el sector público.

“Los gobiernos más nuevos heredaron un aparato estatal excesivamente grande que se construyó en el régimen de Rafael Correa (2007-2017)”.

Es muy difícil reducirlo, dice Uribe, y lo que se ha hecho durante la última década es tratar de mantenerlo a toda costa.

“Esto ha implicado la implementación de políticas altamente regresivas. Empezando por las salvaguardas (impuesto al comercio exterior) que se aplicaron de 2015 a 2017, las que tuvieron un efecto en las empresas que las llevó a reducir su escala de producción, lo que conllevó también a la disminución del empleo formal en cada compañía”.

La falta de empleo adecuado se evidencia en ciudades como Guayaquil, donde hay comercio informal realizado por personas que viven de lo que venden en el día. Foto: El Universo

Más adelante, añade, aparecieron reformas tributarias creadas para mantener el gasto público. “Un ejemplo clarísimo es el aumento del IVA (impuesto al valor agregado dispuesto por el actual régimen de Daniel Noboa) en los últimos meses en un intento desesperado de seguir manteniendo el aparato estatal porque son sueldos de médicos, maestros, fuerza pública. Ahí radica lo estructural ya que no se puede reducir el número de escuelas o de hospitales”.

Estas son las causas por las que te pueden despedir usando el ‘visto bueno’ en Ecuador

El régimen de Noboa elevó el IVA del 12 % al 15 % a partir de abril pasado. “Era necesario, pero esta medida es recesiva. Los hogares no están consumiendo, el consumo se redujo con el incremento de este impuesto”.

¿Cómo es quedarse sin trabajo como asalariado a los 40 años en Ecuador?

La situación del empleo se complica más cuando se pierde el trabajo con 40 años o más. “Ponen muchas trabas. Siempre ven la edad, el físico, si tienes padrinos que te ayuden o un título, por eso ya he perdido la esperanza. Aun así sigo buscando como antes, llevando la carpeta a las empresas. Cuando busco por internet no puedo terminar de aplicar, por eso no me confío”, dice Medina.

La condición de empleo de su familia refleja la precarización laboral del país. Tres de los cuatro hermanos de Medina sustentan su economía con labores esporádicas sin ingresos fijos. Y el último, de 42 años de edad, migró en 2022 a Italia. “Él recién pudo legalizar su situación allá. Me cuenta que fue duro conseguir trabajo en ese país, donde cuida a un anciano por horas, labora en bares”.

Alberto Acosta Burneo, analista económico y editor de la revista Análisis Semanal, realiza una comparación que refleja aún más la caída del empleo adecuado.

Luego que se acabó la bonanza petrolera los indicadores de empleo se deterioraron significativamente. En diciembre de 2014 casi el 50 % de la PEA tenía un empleo adecuado. Este cae persistentemente al 40 % en 2019. Después vino la pandemia y se produce una caída más dramática. Desde el 2021 empieza a recuperarse y sigue una tendencia hacia la mejoría, pero no se llega al porcentaje de hace una década”.

Hay 608.096 empleos adecuados menos en marzo del 2024 de los que existían en diciembre del 2014. “Sin embargo, la población es 1,3 millones mayor”, recalca Acosta.

Las empresas deben enfrentar una mayor carga impositiva, indica Uribe, y a ello se suma que no hay incentivos para generar emprendimientos.

“Los que tienen dinero y que podrían invertir analizan el contexto de pagar impuestos y vacunas por temas de extorsión frente a los bancos que compiten por los ahorros a plazo fijo con altas tasas de interés pasiva, entonces prefieren abrir una póliza y no emprender para generar empleo lo que es muy riesgoso”.

Si no se crean nuevas empresas con inversión productiva, tampoco se generan empleos formales, señala Uribe.

A partir de la caída del precio del petróleo se dio un cambio en la tendencia del incremento económico. “Desde el 2015 no hay un crecimiento a largo plazo. Después del COVID-19 se creció 9 %, pero respecto al año de la pandemia. Seguir manteniendo al Estado a costa de todo lleva a un efecto profundo en el sector privado, que se evidencia en la falta de generación de empleo formal”, agrega.

María del Rosario tiene su opinión sobre la falta de empleo para las personas de su edad: “Solo quieren darle oportunidad a los más jóvenes y piensan que nosotros ya no servimos, que nos cansamos, pero no saben que podemos ayudar a los jóvenes a ser mejores. Somos de una generación luchadora que trabaja en lo que sea con disposición para aprender”.

Lo que más le preocupa es que a sus 55 años no ha ahorrado para su retiro y nunca ha aportado a la seguridad social. “No sé cómo sobreviviré. Mi última hija tiene 15 años y cuando tenga 18 mi exesposo nos quitará el respaldo. Tener hijos no garantiza que vean por ti, además las dos mayores ya tienen su propio hogar con hijos”. (I)