China publicó recientemente los resultados de su tercer catálogo nacional de glaciares, que informa de un retroceso de su extensión del 26 % con respecto a los datos de la década de 1960, con el calentamiento global como uno de sus principales causantes.
El catálogo, elaborado por el Instituto de Ecología y Recursos Ambientales del Noroeste de la Academia China de Ciencias, confirma que la mayoría de los glaciares del país se encuentran en un estado de balance negativo, con una pérdida de masa superior a su acumulación, informa este lunes el diario local The Paper.
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Según el informe, China cuenta con aproximadamente 69.000 glaciares, que ocupan una extensión total de unos 46.000 kilómetros cuadrados, lo que supone un retroceso del 26 % respecto a los registros de los años sesenta y de un 6 % con respecto a 2008.
En esta edición del catálogo, se han empleado datos de satélite de alta resolución para identificar la extensión de los glaciares y medir su evolución con mayor precisión.
Los investigadores han señalado que la comparación de los datos con los catálogos previos indica una aceleración en la reducción de los glaciares durante la última década.
Según los cálculos, entre los años 60 y 2020 el país perdió aproximadamente una cuarta parte de su superficie glaciar, mientras que entre 2008 y 2020, la tasa de reducción fue del 6 %.
El retroceso glaciar presenta diferencias regionales significativas. En zonas como la cordillera de los Transhimalaya y el Himalaya, al sur de la meseta tibetana, la disminución ha sido de hasta un 40 % desde los años 60 del siglo pasado.
El investigador Guo Wanqin, director del estudio, indicó al diario que, aunque “los glaciares están lejos de la mayoría de los asentamientos humanos y el efecto de su derretimiento no resulta obvio”, estos “desempeñan un papel vital en el medio ambiente, la producción y la vida en las zonas áridas del oeste de China”.
Según Guo, el calentamiento global “es todavía el principal causante del retroceso de los glaciares”.
“La desaparición completa de los glaciares tendría un enorme impacto sobre la ecología natural, la producción y la vida en las zonas bajas de los ríos en estas zonas áridas”, advierte Guo, que señala que “el agua de deshielo de los glaciares es una fuente constante de reposición para los ríos” de dichas áreas.
El agua almacenada en la meseta Qinghai-Tíbet, también conocida como ‘Tercer Polo’ y de un tamaño similar al de Argentina, alimenta a ríos como el Ganges, el Indo, el Mekong, el Yangtzé y el Amarillo y abastece a cientos de millones de personas del continente asiático con recursos hídricos para el riego, el consumo y la energía. (I)