Aunque Ecuador es uno de los territorios más biodiversos del mundo, existe un “hueco enorme” respecto a la verdadera diversidad que esconde el país: así lo pone Juan Manuel Guayasamín, herpetólogo y académico de la Universidad San Francisco de Quito.

En el caso de muchas especies lo único que se sabe es su nombre, dónde fue recolectado el ejemplar y, con suerte, una descripción detallada de su fisonomía. Este era el caso de la Emmochliophis fugleri, la culebra de sombras de Fugler, nombrada así en honor a Charles Fugler, herpetólogo estadounidense que recolectó el holotipo (el primer espécimen capturado por la ciencia) de la especie en 1966.

Publicidad

Ecuador suma cinco nuevas áreas protegidas: conoce cuáles son y dónde quedan

Se trata de una serpiente pequeña, que no supera los 25 centímetros de longitud. Tiene una coloración negra en vida. Se la ha encontrado en el suelo y durante la noche, sugiriendo hábitos nocturnos, aunque sería necesario recopilar más información sobre la culebra para confirmarlo.

El primer ejemplar, el de 1969, fue recogido a 24 kilómetros de Santo Domingo de los Colorados, al este del río Baba, a una elevación de 600 metros sobre el nivel del mar. Fue descrita oficialmente por Hobart Smith y Thomas Fritts en 1969.

La comunidad científica no volvió a encontrar un ejemplar de Emmochliophis fugleri por 54 años.

El segundo espécimen fue encontrado en 2020

En 2020, los científicos Ross Maynard y Scott Trageser exploraban la reserva privada Río Manduriacu, en Imbabura, cuando se toparon con un ejemplar de serpiente que ellos pensaban que era del género Ninia. Tomaron evidencia fotográfica y se la enviaron a Jaime Culebras, biólogo y fotógrafo español radicado en Ecuador. Según el relato de Culebras, él les dijo a los científicos que podría tratarse de la Emmochliophis fugleri.

Publicidad

Un ejemplar de 'Emmochliophis fugleri'. Foto: Cortesía: Jaime Culebras / Photo Wildlife Tours

El análisis del ejemplar le dio la razón a Culebras. Habían redescubierto a la especie tras 54 años de anonimato en la literatura científica. Maynard, Culebras, Guayasamín, Trageser y Sebastián Kohn, de la Fundación Cóndor Andino, están listados como autores del redescubrimiento, detallado en una publicación científica.

Poco después, según Culebras, él y Maynard encontraron un tercer espécimen de Emmochliophis fugleri, también en la reserva Manduriacu. Desde entonces los intentos por encontrar más ejemplares han fallado.

Encontrar más de estas serpientes, refiere Culebras, ayudaría a determinar su número poblacional y facilitaría situarlas en la escala de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés). Actualmente el análisis de la serpiente en la lista roja de la IUCN consta como ‘datos insuficientes’.

Científicos ecuatorianos usan sistema de rastreo para seguir a la serpiente verrugosa del Chocó

Científicos piensan que debería considerarse en peligro crítico de extinción

Sin embargo, los autores del redescubrimiento plantean que la Emmochliophis fugleri sea considerada en peligro crítico de extinción.

“La localidad de donde se conocía originalmente a esta culebrita (en Santo Domingo) ahora está cubierta de bananeras. Los hábitats naturales seguramente ya han sido altamente modificados”, explica Guayasamín. “Sería un milagro que todavía se la encuentre en esa zona”.

Aunque la reserva Río Manduriacu es privada, sigue estando expuesta a la amenaza de las actividades mineras, agrega Guayasamín. La destrucción de su hábitat es la razón más probable para explicar que la Emmochliophis fugleri sea una especie tan poco común, según el científico.

“Muchas de estas especies que están al pie del monte andino suelen tener distribuciones bastante restringidas, ya naturalmente tienen distribuciones no tan grandes y encima su hábitat ha sido destruido”, añade.

Kohn, quien también es administrador de Manduriacu, resalta lo “especial” que es esa zona, pues algunas especies del Chocó y los Andes tropicales se encuentran ahí. Kohn señala que ha habido registros tanto de jaguares como de osos de anteojos, especies representativas de ambos hábitats, ejemplificando esta unión.

Orquídeas amenazadas en Ecuador: ¡descubren especies únicas en el sur del país!

Aunque Kohn aduce que se trata de una reserva privada, el Estado no ha reconocido a Manduriacu como tal porque “ya tenían intenciones mineras”, y han entregado concesiones mineras en la zona a compañías “arbitrariamente”, amenazando a la biodiversidad del lugar, explica el investigador.

Gran parte del valle de Intag y la cordillera de Toisán están bajo concesiones mineras. No se hizo consulta previa, monitoreo de la fauna, ni ningún estudio decente para los certificados de impacto ambiental”, indica.

No obstante, la empresa tenedora de la concesión ya la renunció. Kohn espera que el Estado la anule.

Uno de los avances más importantes resultantes del redescubrimiento de 2021 fueron las fotografías tomadas de la especie. Parte de la dificultad que tienen los taxónomos, dedicados a identificar y clasificar especies, es cuando no existe evidencia fotográfica de un animal. Ahora la Emmochliophis fugleri ya tiene fotos en color, que podrían ayudar a diferenciarla de otras serpientes, como la Ninia atrata.

El redescubrimiento también ayudó a ampliar el rango de distribución de la especie 100 kilómetros hacia el norte. El espécimen de 2021 también fue encontrado a 1.200 metros sobre el nivel del mar, más del doble de altura del registro de 1966.

Científicos buscan a la boa de pestañas endémica de Ecuador, una de las especies ‘más enigmáticas’ del país

A pesar de los avances fruto de los dos nuevos especímenes descubiertos en 2020 y 2021, todavía se sabe muy poco sobre la Emmochliophis fugleri. Sobre su dieta, por ejemplo, se tiene un registro de que el ejemplar de 1969 había consumido un tipo de lagartija. También es posible que pase buena parte de su tiempo bajo tierra, explicando un poco por qué es tan difícil encontrarla. (I)