Muchos de los aspectos de la vida de las vizcachas ecuatorianas, endémicas de la provincia de Loja, son un misterio para la ciencia. Los científicos desconocen, por ejemplo, cuántas existen exactamente, sus estructuras sociales y la arquitectura de sus escondites en las superficies rocosas de los cerros, en donde prefieren vivir.

Este roedor, de nombre científico Lagidium ahuacaense, llamado coloquialmente arnejo por la población local por sus orejas parecidas a las de un conejo y su cola similar a la de una ardilla, fue descrito por la ciencia en 2009.

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La primera población fue encontrada en el cerro Ahuaca, en la ciudad de Cariamanga, a poco más de 30 kilómetros de la frontera entre Ecuador y Perú.

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Se trata de un roedor mamífero del suborden histricomorfo, de la familia Chinchillidae, parecidos a las denominadas chinchillas, que son populares mascotas, expone Daniel Sarango, biólogo especializado en el estudio de estos animales.

Casi no hay investigaciones publicadas sobre la vizcacha

La coloración de la vizcacha es grisácea, un poco parda, según Sarango. No se ha determinado mucho dismorfismo sexual en la especie, o sea, diferencias entre machos y hembras, a excepción de que el macho es un poco más grande que la hembra, por lo cual se lo llama vizcachón.

El vizcachón, añade Sarango, es un macho centinela, que está pendiente de cualquier amenaza para su grupo, pues son animales sociales. Además, tienen patas con características especiales para escalar las superficies rocosas en las que viven, que tienen empinaciones de entre 75º y 90º. Tienen sus guaridas en huecos y resquebrajamientos en las rocas.

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Las vizcachas viven en superficies rocosas, y los científicos han hipotetizado que ciertas formaciones y tipos de rocas favorecen a la especie. Foto: Cortesía: Jimmy Japón

Además, son herbívoras. Sarango realizó su tesis de pregrado sobre la dieta de este roedor. Se analizaron las heces del animal bajo microscopios y se determinaron quince especies de plantas distintas, como la puya, una bromelia cubierta de espinas.

La falta de literatura científica alrededor de la vizcacha ecuatoriana es llamativa, pues se trata de un mamífero mediano endémico.

“(El endemismo) en mamíferos medianos y grandes ya es más raro. Eso es lo que hace particularmente interesante a la vizcacha”, indica Rodrigo Cisneros, docente investigador del Departamento de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL). “Es el roedor endémico más grande del Ecuador”.

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Cisneros y Sarango, junto con el biólogo Jimmy Japón, se encuentran en proceso de publicar cuatro nuevas investigaciones sobre las vizcachas en revistas científicas.

Esperan que esto permita que se reclasifique a la especie en la escala de la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza, que actualmente considera que no hay datos suficientes del animal para determinar su estado de conservación.

No obstante, la vizcacha ecuatoriana consta como ‘en peligro crítico de extinción’, según el Libro Rojo de los Mamíferos del Ecuador.

No se sabe su población con exactitud

Uno de los huecos de conocimiento sobre este animal es cuántos existen exactamente. Sarango no cree “que existan muchas”, pues tienen un hábitat restringido y solo tienen una cría por año.

“Cuántas hay por cada sitio es la pregunta del millón. La exploración que hemos hecho nos ha dicho que los sitios donde viven van aumentando, hay 16 confirmados, pero hay sitios donde solo hay 4 individuos confirmados. Hay otras zonas rocosas amplias en Quilanga y en Espíndola, donde podríamos hablar de 20 a 25 individuos, pero esto es especulativo”, indica Cisneros.

Alcanzar los hábitats de la vizcacha ecuatoriana es difícil debido a las empinadas superficies rocosas, y los estudios genéticos se han tenido que basar en excreciones, pues no han capturado ejemplares por temor a que su población sea demasiado pequeña como para experimentar con ella.

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Cisneros señala que Rodrigo Hidalgo, un conservacionista de Cariamanga, ha observado una disminución en la población de vizcachas ecuatorianas en el cerro Ahuaca, aunque no lo ha medido de forma cuantitativa.

Gran parte del trabajo de los tres biólogos se ha basado en extender la lista de sitios donde vive este roedor, pues originalmente se pensaba que solo habitaba en el cerro Ahuaca.

Cisneros cuenta que fue Japón, quien tiene contactos con los animales en sus terrenos familiares en Loja, quien les alertó de que había vizcachas ecuatorianas en lugares distintos a Cariamanga.

Para eso han desarrollado mapas del área donde viven estos animales. Sin embargo, el hábitat del arnejo es limitado incluso de esa área, pues viven solo en superficies rocosas. Hasta dentro de sus guaridas hay muy pocos individuos.

Su estructura social tampoco está clara. “Aparentemente hay una jerarquía de un macho dominante (el vizcachón) y quizá múltiples hembras fecundadas por este macho, pero ¿qué pasa con la dinámica de los juveniles cuando ya llegan a edad adulta? La relación que hay entre ellos, su comportamiento social, sigue siendo un enigma”, dice Cisneros.

La vizcacha enfrenta amenazas de muchos frentes

Lo que sí tienen claro los investigadores son las amenazas que enfrentan estos animales. La mayor de ellas son los incendios que enfrenta el área, causados por humanos con supuestos fines de agricultura. Sarango y Japón incluso han logrado capturar fotos de vizcachas con heridas por quemaduras.

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Cisneros cree que lo “único que ha evitado que mueran” son sus escondites, donde posiblemente se refugian ante un incendio. Sin embargo, no tienen claro todavía cuál es la mortalidad que causan estos desastres en la población de vizcachas.

También son depredadas por lobos de páramo, tigrillos y depredadores aéreos. Además, Sarango explica que la ganadería vacuna, caprina y los perros ferales también representan una amenaza.

Ademása, Cisneros menciona que hay evidencia de que poblaciones locales cazan a las vizcachas ecuatorianas. La cacería de especies del género Lagidium es muy popular en otros países sudamericanos como hobby, por lo cual el científico no quisiera que se conozca con exactitud las coordenadas de los sitios donde viven en Loja.

Las investigaciones han sido financiadas tanto por la UTPL como por la Universidad de Idaho, de Estados Unidos. También se han declarado áreas de recreación y uso sustentable por parte de los gobiernos autónomos descentralizados de la zona. (I)