Alrededor del 13 % de alimentos producidos a nivel mundial se pierden desde el momento de la cosecha a su presencia en perchas de supermercados, según las Naciones Unidas. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), además, estimó en 2019 que en Ecuador se desperdician 939.000 toneladas de comida al año.

Este desperdicio tiene varias aristas. Es un problema para el medioambiente, por ejemplo: un tercio de las emisiones de gases de efecto (GEI) invernadero globales provienen de la producción de comida. La industria de la carne de res en particular emite grandes cantidades de gas metano, que contribuye al calentamiento global.

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Un estudio publicado en la revista científica Nature Food por investigadores chinos, además, encontró que la mitad de emisiones de GEI del sistema de producción global de alimentos proviene de comida desperdiciada, cuya producción representa un esfuerzo ambiental no aprovechado nutricionalmente.

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Otro aspecto por considerar es que hasta 783 millones de personas a nivel mundial se van a dormir cada noche con hambre. Según FAO, el 2,7 % de ecuatorianos sufre de hambre. El 17,5 % de niños ecuatorianos, además, presentan desnutrición crónica infantil.

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Hay varios pasos que se pueden tomar para evitar desperdiciar alimentos en el hogar. Doménica Dueñas, ingeniera en alimentos, explica que un error común es almacenar alimentos perecederos como lácteos en la puerta del refrigerador.

La temperatura en esta parte del aparato es más alta, lo cual propicia la proliferación de bacterias en los alimentos.

Otro yerro es llenar demasiado la refrigeradora. Esto no deja que el aire frío circule de forma correcta entre los alimentos almacenados, lo cual eleva su temperatura, recortando su vida útil.

Evitar almacenar alimentos crudos con cocinados evita posible contaminación, así como desinfectar frutas y verduras antes de guardarlas.

La Clínica Mayo, además, recomienda tener una planificación en mente a la hora de comprar comida para evitar comprar demasiado en supermercados o tiendas, lo cual aporta al desperdicio. Tener un plan de comidas de cada día de la semana ayuda a evitar comprar demás. Congelar sobras también es una práctica sostenible.

Ecuador es el segundo país más afectado por la subida del precio de los alimentos después de Costa Rica, debido a una mayor dependencia de los fertilizantes cuyo costo ha aumentado un 60 %

Incluso es posible reutilizar ciertos alimentos. Las cáscaras de vegetales y huesos de pollo, por ejemplo, pueden ser utilizados para hacer caldo. Otra instancia son los guineos muy maduros, que pueden usarse para hacer pan de banana. (I)