Una lluvia fuerte puede tener consecuencias graves tanto en términos de personas heridas, enfermas y muertas como en daños materiales.
La Prefectura del Guayas atendió 25 emergencias relacionadas con lluvias en enero de 2024 y la provincia también ha experimentado fuertes precipitaciones a inicios de febrero.
Cristian Torres, director de Gestión de Riesgos y Seguridad Ciudadana de la Prefectura del Guayas, identifica a Daule, Salitre, Samborondón, Jujan y Simón Bolívar como cantones propensos a inundaciones, y El Empalme, Balzar y Colimes, como territorios proclives a aluviones.
La cantidad de emergencias atendidas por la Prefectura en enero y lo que va de febrero está dentro de lo que han proyectado como normal.
“El pico siempre se suele dar en los meses de febrero y marzo, pero tomando en consideración el fenómeno de El Niño, las lluvias podrían extenderse hasta mayo o junio”, expone Torres.
Aunque el fenómeno de El Niño no llegó con la fuerza pronosticada a finales de 2023, el Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada informó en diciembre pasado que las lluvias fuertes comenzarían en 2024.
En Guayaquil, por ejemplo, una pared de un colegio se desplomó debido a la fuerte precipitación ocurrida entre los pasados 4 y 5 de febrero. También se derrumbaron un muro y una vivienda en El Fortín.
“Hasta el día de hoy se han realizado más de 400 obras” desde que se instaló la nueva administración en mayo de 2023 para combatir los efectos adversos de las lluvias, subraya Torres y añade que han entregado asistencia monetaria en sectores donde no se han podido atenuar los daños provocados por las precipitaciones.
Una planificación oportuna que involucre al núcleo familiar es esencial para estar listos para afrontar desastres. También es esencial comunicarse con el ECU911 en caso de una emergencia.
Cómo prepararse para una inundación
Torres recomienda lo siguiente:
- Prestar atención especial a personas de grupos vulnerables, como menores de edad, mujeres embarazadas, de la tercera edad e individuos con enfermedades crónicas.
- Con eso en mente, se deben realizar planes en familia: conocer el terreno donde se vive, tener planes sobre dónde encontrarse en caso de una emergencia y hacia dónde evacuar.
- Armar kits de emergencia con comida, insumos médicos y de supervivencia de ser posible.
- Bajar los breakers de energía eléctrica ante una amenaza de inundación, pues el agua podría generar cortocircuitos y por lo tanto incendios y electrocuciones.
- Mantenerse informados sobre el clima mediante fuentes oficiales.
- Conservar la cédula, pues es un requisito para acceder a ayudas monetarias que entregan las autoridades a damnificados.
Durante la emergencia
Priscila González, docente de la carrera de Gestión de Riesgos y Desastres de la Universidad Técnica Particular de Loja, aconseja:
- Buscar zonas altas.
- Si las condiciones empeoran, evacuar de forma segura y rápida.
- Mantener una comunicación constante con la familia y vecinos para coordinar acciones.
- Torres además indica que las personas que viven cerca de ríos no deben acercarse a estos cuando el caudal sube, pues las posibilidades de ser arrastradas por el agua y morir son altas.
Regresar al hogar tras una inundación
No es recomendable precipitarse a regresar a la vivienda cuando el diluvio se detiene, expresa González, sino hasta que las autoridades lo indiquen.
Volver muy rápido podría resultar en electrocuciones por cables de energía eléctrica sueltos. El agua acumulada también podría estar contaminada y podría enfermar tanto a humanos como a mascotas.
“Se debe evitar regresar rápidamente a las viviendas, pueden existir socavones, pueden colapsar”, explica González. “Debe realizarse un catastro de daños antes, esto permitirá identificar las condiciones” de las estructuras.
Ante un deslave
González indica que lo más oportuno en zonas propensas a aluviones es evacuarlas.
“Es difícil hacer entender a la población, muchos nos aferramos a lo material, pero hay características geográficas, como pendientes pronunciadas, que sumadas a las precipitaciones pueden generar desprendimiento más rápido de material, afectando a las comunidades”.
La experta pone de ejemplo el desprendimiento de tierra en La Gasca, Quito, ocurrido el 21 de enero de 2022 y que sepultó a 28 personas, cubriendo de lodo las casas del barrio capitalino. (I)