El consumo desmedido, los autos, nuestros hábitos alimenticios, cuántas veces volamos e incluso cuánto usamos nuestra tecnología: todos estos factores influyen en la huella ecológica personal, la marca que cada persona deja en el planeta.

Puede medirse en la cantidad de gases de efecto invernadero (GEI), como el dióxido de carbono y el metano, que generamos en nuestro día a día, en toneladas. Según el balance energético anual que elabora el Ministerio de Energía y Minas, el 51,7 % de las emisiones de GEI del sector energético corresponden al transporte, principalmente por la combustión de diésel y gasolina.

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Fiorella Casinelli, de la consultora ambiental Ambielegsa y experta en cálculo de la huella personal de carbono, aconseja primero instruirse bien sobre lo que significa el término.

“Es un indicador que representa la cantidad de GEI que se emite de forma directa o indirecta como resultado de nuestras actividades”, explica Casinelli.

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Los GEI tienen una función clave: la de mantener la temperatura de la Tierra estable y apta para la vida. Sin embargo, un exceso de ellos provocado por actividades antropogénicas, como la combustión de productos derivados del petróleo, provoca que el planeta se caliente demasiado.

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Casinelli recomienda identificar cuáles son las principales fuentes de GEI en nuestra vida cotidiana, como el transporte, y optar por caminar, por andar en bicicleta, usar transporte público, compartir vehículos cuando se tiene un destino en común (como en el caso de compañeros de trabajo) o adquirir vehículos eléctricos o híbridos.

En materia de energía, aconseja desconectar cargadores de teléfonos y computadoras si no se los está usando, limitar en lo posible el uso de lavadoras y secadoras. De ser posible, el uso de paneles solares y otras energías renovables también reduciría emisiones.

Los hábitos de consumo también influyen: adquirir electrodomésticos que sean eficientes y modernos, bombillas led, y productos locales, que tienen una menor huella de transporte, que no hayan tenido que viajar muy lejos.

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Para un cálculo de la huella, existen varios sitios web con aplicaciones para realizarlo, que realizan un cuestionario al usuario para medir su impacto.

Una de estas aplicaciones es la calculadora ecológica de Climate Hero, que toma en cuenta los aspectos de vivienda, viaje/transporte y consumo.

En cuanto a vivienda, la aplicación hace algunas de estas preguntas:

  • ¿En qué tipo de hogar vive? ¿Cuándo fue construida? ¿Tiene una fuente propia de electricidad? ¿Cuántas horas al día se usa el aire acondicionado?

Sobre viajes/transporte:

  • ¿Cuántas veces vuela por año? ¿Cuántos autos tiene? ¿Qué tipo de combustible utiliza? ¿Usa transporte público o bicicleta? ¿Se moviliza en taxi?

Referente al consumo:

  • ¿Come, y con qué frecuencia? ¿Prefiere consumir platos completamente veganos? ¿Cultiva su propia comida? ¿Recicla los desechos de su hogar? ¿Evita los plásticos de un solo uso?

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Al final, la herramienta revela cuántas toneladas de carbono causa en cada una de las tres categorías, además de sugerir maneras de reducirla, como usar más el transporte público, consumir menos carne vacuna y reducir el tiempo de uso del aire acondicionado. Si acepta las sugerencias, también calcula cuánto reduciría la huella personal de tomar esas acciones.

Sin embargo, algunas acciones no son viables en ciertos contextos. El uso de aire acondicionado en ciudades como Guayaquil es elevado debido a las altas temperaturas, por ejemplo, y los sistemas de transporte público no ofrecen un servicio seguro o siquiera viable en muchos lugares. (I)