Malestar entre ciudadanos ecuatorianos y colombianos se registró en los puentes binacionales de Mataje y San Miguel, los cuales permanecen cerrados desde el 24 de diciembre por disposición gubernamental, debido a razones de seguridad.

La medida tomó por sorpresa a varios viajeros, quienes solicitaron a los militares que se les permita el paso hacia sus respectivos países mientras aguardaban en los Centros Binacionales de Atención en Frontera (Cebaf).

El comercio es una de las principales actividades en estas zonas binacionales de Nariño y Putumayo, y con el cierre de estos puentes se afecta también la movilidad de vehículos

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Vallas metálicas instaladas en los accesos al puente binacional San Miguel y Centro de Atención en Frontera, en Sucumbíos. Foto: Gobernación de Sucumbíos.

Otoniel Barberán, comerciante de alimentos, tiene que viajar más horas desde Lago Agrio a Putumayo, con gasto adicional de combustible de su vehículo de trabajo.

En el puente de San Miguel, personal militar indicó a los ciudadanos que la autorización debía ser coordinada directamente con el gobernador de Sucumbíos, ya que las Fuerzas Armadas no estaban facultadas para permitir el cruce.

El puente San Miguel conecta por vía terrestre a La Hormiga, cabecera municipal del Valle del Guamuez, en el departamento de Putumayo (Colombia), con la provincia de Sucumbíos en Ecuador.

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El gobernador de Sucumbíos, Wuilmer Mora, quien acudió al viaducto binacional, informó que se han coordinado acciones con varias instituciones para articular la movilidad de las personas que quedaron varadas en ambos lados de la frontera. No obstante, reiteró que el tránsito internacional solo está habilitado por los puentes de Rumichaca y Huaquillas.

Asimismo, indicó que la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas mantienen controles en los pasos ilegales del río San Miguel, utilizados para el contrabando de combustibles, movilidad ilegal de personas, tráfico de drogas y otros delitos.

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Por estos lugares también se ha reportado unos cincuenta pasos irregulares, la incursión de integrantes de grupos armados provenientes del vecino país, así como el ingreso de extranjeros sin los debidos controles migratorios.

Mora no precisó una fecha para la reapertura de estos pasos alternos, señalando que la decisión dependerá de las evaluaciones que realicen las autoridades competentes.

En el puente binacional de Mataje, en la frontera norte entre Nariño (Colombia) y Esmeraldas (Ecuador), se aplica la misma disposición. En el lugar se instalaron vallas metálicas en ambos accesos y se reforzó la presencia militar.

Las Fuerzas Armadas también controlan los pasos irregulares utilizados por personas que cruzan en canoas por sectores como La Cadena y Puerto Rico, entre otros.

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De igual manera, la Armada del Ecuador, junto con la Infantería de Marina, verifica la suspensión del transporte fluvial de pasajeros y mercaderías entre Puerto Palma, en Nariño, y San Lorenzo del Pailón, en la provincia de Esmeraldas. (I)