En tres zonas de Ecuador se reportaron al menos 24 sismos entre el viernes 12 y la tarde de este domingo 14 de diciembre.
Quince de los movimientos telúricos se registraron en un lapso de 24 horas, en el lado occidental del cantón Naranjal, en Guayas.
Estos sismos se ubicaron cerca de las fallas tectónicas que cruzan la isla Puná y que se internan en el continente por el borde sur del Golfo de Guayaquil.
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El Instituto Geofísico (IG) informó, a través de un comunicado, que estos eventos fueron sentidos en varias localidades cercanas debido a la poca profundidad de las fallas tectónicas.
Los sismos de Naranjal oscilaron entre magnitudes de 1,9 y 3,8. Se identificaron seis movimientos con mayor magnitud, por encima de 3.
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Además, el sábado 13, en San Miguel, en Bolívar, otros tres sismos someros se reportaron con magnitudes variables de 3,4, 3,5 y 4,1.
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Estos sismos generaron inquietud entre pobladores de localidades cercanas.
En un informe, el IG indicó que estos sismos de Bolívar están relacionados con la actividad de una falla tectónica diferente y no tienen relación con los sismos cerca de Naranjal, provincia de Guayas.
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A su vez, Mario Ruiz, director del Instituto Geofísico (IG), explicó a este Diario las posibles causas de la intensa actividad sísmica de este fin de semana.
“Lo que tienen en común estas dos fuentes sísmicas es que son superficiales y están relacionadas con la actividad tectónica. Además, la forma en que han ocurrido estos eventos corresponde a lo que se denomina enjambres sísmicos, es decir, los sismos no tienen un punto de origen único, sino que pueden desplazarse a lo largo de toda la falla”, explicó el funcionario.
Ruiz descartó que los cambios climáticos estén relacionados con los movimientos telúricos registrados y realizó una descripción del tipo de suelo y de la posición geográfica de las zonas afectadas.
“En el interior de la Tierra existen fluidos que ascienden por las fallas tectónicas. Cuando estos alcanzan una falla, la lubrican y permiten su desplazamiento. Además, se trata de zonas de baja resistencia, lo que significa que los constantes deslizamientos de tierra debilitan el suelo, y las placas tectónicas tienden a redistribuirse a lo largo del territorio”, continuó el especialista.
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El director aseguró que el temblor registrado en Esmeraldas en abril de este año se activó por estos fenómenos previamente descritos, pero que fue la posición geográfica y la baja resistencia del suelo lo que provocó el fuerte impacto en la provincia.
“Cuando se presentan enjambres sísmicos, es poco probable que ocurran sismos de gran magnitud, ya que las zonas donde los fluidos han lubricado las fallas o que presentan baja resistencia no acumulan la energía suficiente para generar eventos sísmicos mayores”, manifestó.
Japón, el norte de Chile y el reciente caso de Esmeraldas son ejemplos documentados que han permitido verificar que existen excepciones, en las que los enjambres sísmicos pueden anteceder a eventos de mayor magnitud.
Justamente, desde el día 12 de este mes, el IG también tuvo cinco sismos más con magnitudes entre 2.7 y 3.8 con epicentros afuera de la provincia de Esmeraldas, frente a Atacames.
Los sismos de cada una de estas fuentes no tienen relación directa con los que ocurren en las otras provincias, refirió el IG.
Para el director del Instituto Geofísico, los sismos podrían repetirse debido a que la duración y magnitud de los enjambres es variable, pudiendo extenderse desde un día hasta un mes, dependiendo del comportamiento de la falla tectónica.
“No sabemos cuándo esta actividad va a cesar, pero lo que buscamos explicar es que no se puede afirmar que estos enjambres deriven en sismos más grandes. No se puede descartar por completo, pero la experiencia sismológica indica que se trata de un comportamiento atípico”, concluyó Ruiz.
Otro sismo este domingo
La tarde de este 14 de diciembre, además, se sumó otro sismo de 3.7 de magnitud a 28,44 kilómetros de Puyo, en Pastaza. No se reportaron daños ni novedades de consideración por estos temblores del fin de semana. (I)
