Noviembre permite observar tres lluvias de meteoritos en el cielo.

Las primeras son las Táuridas del Sur, que aunque se pueden observar desde octubre hasta finales de noviembre, tuvieron su pico máximo de actividad entre el jueves 4 y el viernes 5 de noviembre. Estos destellos tienen su origen en el cometa 2P/Encke, que fue descubierto en 1786 por el astrónomo francés Pierre Méchain, pero años después un estudio del alemán Johann Encke determinó que el cometa de casi cinco metros de diámetro tardaba 3,30 años en dar una vuelta al Sol.

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Al girar alrededor del Sol, el cometa 2P/Encke deja tras de sí restos de polvo y escombros. Cada año, a principios de noviembre, la Tierra pasa por esa zona del espacio, en la que se encuentran suspendidos los fragmentos del objeto celeste. Cuando estos impactan con nuestra atmósfera, se convierten en estrellas fugaces.

Aunque las Táuridas del Sur no son un evento de gran intensidad porque dejan como máximo cinco meteoros por hora, sus estrellas fugaces son muy famosas ya que son objetos “extrabrillantes”.

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En un recuento para seguidores de la astronomía, Infobae recomienda la tecnología del teléfono para localizar el conjunto de estrellas, por eso, se puede utilizar aplicaciones móviles como SkySafari para Android, o SkyView para IOS, para encontrar los astros y constelaciones en el firmamento. Los expertos recomiendan avistar este tipo de fenómenos desde lugares alejados de la contaminación lumínica de las grandes ciudades.

Poco después de las Táuridas del Sur llegan las Táuridas del Norte. Estas también son restos desprendidos del cometa 2P/Encke y dejarán una tasa máxima de cinco meteoros por hora, fácilmente observable, la noche del 12 de noviembre.

Lluvia de Leónidas

Alrededor del 17 de noviembre será posible observar las Leónidas, la lluvia más activa del mes, con mayor actividad en la noche del 17 de noviembre, con 20 estrellas fugaces por hora. Sin embargo, la Luna que entrará en fase llena el 19 de noviembre podrá entorpecer admirar la lluvia de meteoros.

Las Leónidas irradian desde la constelación de Leo entre las de Cáncer y la Osa Mayor y viajan a velocidades de 71 kilómetros por segundo. Se consideran algunos de los meteoros más rápidos que existen.

Estas piezas de desechos espaciales se originan en el cometa 55P / Tempel-Tuttle, que tarda 33 años en orbitar el Sol.

Este pequeño cometa cuyo núcleo mide solo aproximadamente 2,24 millas (3,6 kilómetros) de ancho, se denomina Tempel-Tuttle porque fue descubierto dos veces de forma independiente: en 1865 y 1866 por Ernst Tempel y Horace Tuttle, respectivamente.

Cada cada 33 años, más o menos, los espectadores en la Tierra pueden experimentar una tormenta Leónidas que puede alcanzar su punto máximo con cientos o miles de meteoros vistos por hora, dependiendo de la ubicación del observador.

La última tormenta de meteoros Leónidas tuvo lugar en 2002, según la NASA, por lo que el espectáculo extremadamente brillante se volverá a dar en 2035, aproximadamente. (I)