Guamote, en el sur de la provincia de Chimborazo, era el cantón con mayor prevalencia de desnutrición crónica en niños y niñas menores de 5 años en Ecuador.
Según Unicef, los determinantes de la desnutrición crónica infantil o retraso en el crecimiento no son solo problemas de alimentación, sino también de medioambiente, agua, saneamiento, las condiciones de la vivienda, y sobre todo, los controles de salud durante los primeros 1.000 días de vida.
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El Gobierno Autónomo Descentralizado del cantón Guamote indicó que se encuentra a una altitud que va desde los 2.600 hasta los 4.500 metros sobre el nivel del mar y la temperatura media anual es de 13,7 °C. Hay dos tipos de clima: invierno húmedo frío en los meses de octubre a mayo, y verano, cálido, seco, ventoso de junio a septiembre.
El agua que utiliza la cabecera cantonal del cantón Guamote cumple con los requisitos para consumo humano, esa es una de las conclusiones del plan de desarrollo del cantón 2019-2023.
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Pero ¿qué pasa en el sector rural?
El documento sostuvo que la prestación de servicios de agua potable y saneamiento en las zonas rurales del cantón Guamote se realiza mediante las juntas administradoras de agua y los cabildos comunitarios, por lo que estos poseen autonomía administrativa y financiera.
“La realidad de los sistemas comunitarios es muy diferente a la situación del prestador público en donde la mayor parte de los sistemas se abastecen de agua entubada y en el mejor de los casos un porcentaje mínimo con un tratamiento básico como la desinfección”, mencionó el documento.
En Guamote, casi un 60 % de menores de edad padecía desnutrición crónica, pero otros cantones de Chimborazo como Colta, Alausí, Pallatanga, Guano, Chunchi tenían el mismo problema, aunque con porcentajes menores. Esto con cifras al 2012.
En la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) de 2018 se concluyó que la desnutrición crónica en menores de 5 años a nivel nacional era del 23 %, a nivel urbano del 20,1 % y a nivel rural del 28,7 %.
Pero se busca tener una cifra más actualizada. Por ello, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) realiza desde abril la Encuesta Nacional de Desnutrición Infantil (ENDI), que tendría resultados preliminares en octubre del 2022.
Erwin Ronquillo, secretario técnico de Ecuador Crece sin Desnutrición Infantil, señaló que se busca reducir en 6 % la desnutrición crónica infantil hasta 2025, pero indicó que es una lucha a largo plazo que llevará diez, quince años.
El dato oficial más reciente –agregó– data de 2018, que refiere que el 27,12 % de niños menores de 2 años la padecían, y de acuerdo con algunos estudios, dijo, ese porcentaje podría estar en alrededor del 30 %.
La encuesta del INEC, Ronquillo señaló que permitirá ver la situación en distintas regiones y provincias.
“Diariamente nacen más de 800 niños a nivel nacional, de los cuales, si no hacemos nada, entre 250 y 270 cada día están en riesgo de padecer desnutrición crónica infantil (...) dada la gravedad de lo que implica para el desarrollo de esos niños y del futuro de nuestro país, no había cómo esperar...”, dijo en referencia a que no se esperó a tener los resultados de la encuesta.
Expresó que cuando haya información más actualizada eso permitirá optimizar la política pública.
Paola Santacruz, pediatra, quien participó como voluntaria de un puesto de atención emergencial en la Universidad Central a niños, madres, embarazadas, que iban al lugar y que formarían parte de las manifestaciones convocadas por el movimiento indígena, señaló que se hizo un registro limitado de unas 450 personas.
Se observó que hay muchos casos de desnutrición crónica en los niños a los que se les atendió y uno de los días se detectó que casi el 75 % padecía de ese problema.
La inversión gubernamental para combatir la desnutrición crónica es de $ 343 millones para 2022, dirigidos a servicios de control prenatal del Ministerio de Salud Pública, servicios de protección social del Ministerio de Inclusión Económica y Social, y proyectos de prevención del embarazo adolescente e infancia con futuro.
El Gobierno también lleva adelante el denominado bono 1.000 días. Busca dar cobertura a los 270 días de gestación de la madre y 730 días de vida del niño.
Esteban Bernal, ministro de Inclusión Económica y Social, sostuvo que la aspiración es que al año 2025 se haya logrado la disminución de esos 6 puntos, ubicando en 24 %. La media de la región está en un 9 %, agregó. Guatemala tiene un 43 %.
Para Ronquillo, con el levantamiento de información de la encuesta se delinearán acciones concretas para cada territorio, según mencionó en abril pasado cuando se hizo la presentación del estudio.
Unicef recomendó que para evitar la desnutrición crónica infantil se debería trabajar en políticas integrales que garanticen lactancia materna, atención y seguimiento médico desde el embarazo, alimentación adecuada, acceso a agua potable y saneamiento, plan de vacunación, estimulación para su desarrollo, cuidado y afecto.
Esto porque si bien, explicó ese organismo internacional, se desarrolla en los primeros años de vida, afecta el desarrollo cognitivo, el ingreso tardío al sistema educativo, mayor deserción escolar, mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, menor productividad y dificultades para la inclusión laboral y social.
Las 10 provincias con mayor prevalencia de desnutrición en menores de 2 años al 2018
1. Tungurahua 41,34 %.
2. Chimborazo 39,38 %
3. Santa Elena 39,31 %
4. Cotopaxi 34,85 %
5. Bolívar 34,56 %
6. Pastaza 34,09 %
7. Sucumbíos 33,70%
8. Orellana 32,27%
9. Morona Santiago 31,39 %
10. Zamora Chinchipe 30,42 %. (I)