El cierre del ingreso en el puente 3 de la autopista General Rumiñahui debido a los trabajos de rehabilitación vial ha generado serias afectaciones a los habitantes del valle de los Chillos, ubicado en el suroriente de Quito, en la parroquia de Conocoto.
Desde las primeras horas de la mañana y durante las tardes, la congestión vehicular se ha convertido en un problema constante, lo que ha impactado negativamente en la vida cotidiana de quienes se trasladan hacia sus trabajos, centros de estudio y demás actividades.
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Además, los negocios locales han reportado una disminución significativa en sus ventas debido a la falta de circulación en la zona.
Juan Gabriel Aimacaña, propietario de la frutería Juanito, manifestó su preocupación por la falta de movimiento y la pérdida de ingresos. “Muy afectado, verá. Se bajaron las ventas, mucho polvo, congestión de carros, y la verdad que no hay mucho movimiento. Las ventas se han reducido un 65 %. Nos dicen que será un mes, quince días, pero eso es mentira. Yo creo que serán unos tres meses, y eso nos afecta bastante a los que pagamos arriendo, luz, agua y teléfono”, afirmó.
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Su preocupación refleja la situación de muchos comerciantes del sector que, a final de año, buscaban recuperarse de un periodo económico complicado. Sin embargo, el cierre vial y la falta de planificación visible han frenado estas expectativas.
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Victoria Curimilma, quien también tiene un local en la zona, compartió un testimonio similar: “Los locales hemos sido afectados bastante. A mí también me afecta el ruido, el polvo y la falta de clientes. Antes, los clientes que pasaban en carro paraban y compraban. Ahora ya no pueden entrar, y eso afecta”, expresó.
Aunque intenta mantenerse con las ventas a clientes locales, sus ingresos también han disminuido considerablemente.
Ámbar Moya, comerciante con cinco años en el sector, expresó su frustración por el momento y la falta de planificación de los trabajos.
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“Queríamos en este mes recuperar lo que no vendimos durante el año, pero las ventas están bajísimas. Este es el mes más bajo que hemos tenido. Se está acabando el año y el año está acabando con nosotros”, declaró con resignación.
Según Moya, sus ventas también han caído cerca del 65 %, lo que representa un duro golpe económico justo en época de mayores expectativas comerciales.
La situación no solo ha impactado a los comerciantes, sino también a los residentes y trabajadores que diariamente deben movilizarse por la zona.
El cierre del puente 3 ha incrementado el tiempo de traslado considerablemente. Muchos ciudadanos se ven obligados a usar rutas alternas, que no siempre están en buen estado o resultan saturadas por la cantidad de vehículos desviados.
Los testimonios coinciden en que la congestión vehicular en horas pico se ha vuelto insoportable. El caos afecta no solo a los conductores particulares, sino también a los usuarios del transporte público.
Las largas filas de automóviles y buses generan retrasos, lo que dificulta la puntualidad en trabajos y estudios. Adicionalmente, el polvo y el ruido derivados de las obras afectan la salud y la calidad de vida de quienes habitan y trabajan en el sector.
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Luis Guamán, conductor de transporte público, expresó su molestia. “Nos retrasamos demasiado, y eso genera reclamos de los pasajeros. Nosotros también sufrimos porque nos afecta si nos demoramos, pero no hay por dónde pasar”, dijo.
Desde la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) señalaron que los trabajos avanzan conforme al cronograma establecido.
A través de un comunicado, la entidad destacó la importancia de esta intervención vial, que busca rehabilitar 3,1 kilómetros de una vía estratégica para la parroquia de Conocoto y las conexiones con la Autopista General Rumiñahui y la avenida Simón Bolívar.
La obra tiene previsto que se ejecute en cuatro tramos progresivos y tendrá una duración aproximada de 80 días.
El primer tramo, que actualmente se interviene, comprende el cierre desde la calle Camilo Orejuela hasta la calle Patricio Arias. Este segmento, junto con el segundo tramo que se extenderá hasta el paso deprimido del puente 3, tendrá un tiempo estimado de 30 días.
El tercer y cuarto tramo cubrirán la ruta entre la salida del paso deprimido del puente 3 hasta la calle Sebastián de Benalcázar, en el sector de la Armenia, con una duración proyectada de 50 días.
La Epmmop aseguró que se han previsto rutas alternas a través de las calles Pedro Bedón, Manuel Rendón y Eduardo Kingman para minimizar las afectaciones.
Según la entidad, esta vía registra una circulación diaria de más de 7.800 usuarios y tiene más de 30 años de vida útil, lo que haría indispensable su rehabilitación. Asimismo, destacaron que se mantiene un control constante de la obra, garantizando su calidad y seguridad durante las jornadas de trabajo para que se ejecute lo más pronto posible.
A pesar de las explicaciones oficiales, los habitantes y comerciantes consideran que la falta de comunicación previa y de una planificación efectiva ha agravado las molestias.
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Los comerciantes insisten en que la rehabilitación, aunque necesaria, debió haberse programado con anticipación y con una estrategia que permita minimizar el impacto económico en una época tan crucial como fin de año.
“Todo en la vida se hace planificado, no de un día para el otro o en el último mes”, reclamó Ámbar Moya, refiriéndose a la necesidad de una mejor organización de las obras.
Por otro lado, los usuarios del transporte público pidieron que se implementen más controles y operativos para agilizar el tránsito en las rutas alternas, ya que estas también colapsan con facilidad. Además, solicitaron que se aceleren los trabajos para reducir el tiempo de afectación. (I)