En medio del ajetreo y el bullicio de las calles de Quito hay una voz que se destaca entre el ruido de la ciudad. Es la de Santiago Toaquiza, un joven artista urbano que ha encontrado en el rap no solo una forma de expresión, sino también una manera de sobrevivir. Armado con su pequeño parlante, interpreta sus canciones e improvisa para la gente.