El domingo 28 de febrero el COE Nacional levantó la suspensión de asistencia a clases presenciales en las instituciones de las zonas rurales que presentaron su plan piloto. Hoy retornaron a las aulas estudiantes de 77 unidades educativas a nivel nacional. En las zonas rurales de la provincia de Pichincha se tenía previsto el retorno de 25 instituciones.

Una de ellas es SEK Los Valles, que inició con el plan piloto en septiembre del año pasado y tiene previsto retornar, nuevamente, mañana con más de 100 estudiantes. Según Paulina Gordón, rectora de preescolar y primaria, “es muy importante la bioseguridad y primero han convocado al equipo docente para realizar las pruebas de COVID19” y por ello los estudiantes asistirán desde mañana miércoles 3 de marzo.

La jornada se mantendrá de manera regular de lunes a viernes de manera extendida, que son ocho horas de asistencia. El principal motivo es brindar a los niños la adecuada atención y educación, ya que, de acuerdo con Paulina Gordón, “los niños no la están pasando bien, los jóvenes están atravesando etapas de frustración, de depresión y tristeza”.

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Los mismos motivos comparte el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), que el 10 de febrero recomendó al Ecuador que se apruebe el retorno a clases presenciales. Según sus cifras, en el país solo el 37 % de los hogares tiene acceso a internet, por lo que 6 de cada 10 niños no pueden continuar con sus estudios de manera virtual. En las zonas rurales la situación es más grave, pues solo el 16 % de las familias tienen este servicio.

En el caso de EMDI School, aproximadamente 75 estudiantes asistieron hoy a recibir clases de manera presencial, sin embargo, se espera recibir 97 que son los inscritos en el plan de retorno a las aulas. Para su rector, Hugo Íñiguez, “es necesario un trabajo previo, tanto en la casa como en la institución” para guiar adecuadamente a los niños en la correcta aplicación de las medidas de bioseguridad que deben mantener durante la jornada educativa.

Esta institución trabaja con pocos estudiantes en cada aula, lo que permite cumplir con el distanciamiento, aseguró Hugo Íñiguez. Su postura es clara: “fomentar el regreso de los niños a los colegios, obviamente, cumpliendo con todas las medidas de seguridad. Es posible y lo hemos demostrado, no somos el único colegio”.

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Según la Unicef, los efectos del cierre de las escuelas son, en su mayoría, negativos. Un tema que preocupa es la salud mental. Para Anna Vohlonen, especialista de educación de Unicef, “los niños y las familias pueden estar viviendo situaciones de estrés como consecuencia de la inestabilidad económica, el miedo al contagio del virus, el confinamiento y las altas cargas académicas”.

Hugo Íñiguez se mostró de acuerdo, pues “como educadores saben la necesidad imperiosa de que los niños vuelvan a las aulas”. Con padres que trabajan fuera de casa, hay casos de niños “abandonados” y que al estar encerrados presentan “una postergación del desarrollo y de muchas habilidades que, en muchos casos, es irreparable”, añadió.

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En Quito el número de casos confirmados asciende a 93.047. Desde enero el contagio de niños y adolescente ha aumentado. Según Víctor Álvarez, presidente del Colegio de Médicos de Pichincha, en la ciudad capitalina hay al menos 3000 menores de 15 años contagiados con el virus. (I)