La venta ambulante autónoma, aquella que se ubica en cualquier lugar, es el principal inconveniente que tienen los comerciantes en Quito, según manifiestan ellos.

El Municipio ha reconocido que el comercio informal es uno de los principales problemas de la capital, mientras el alcalde de Quito, Pabel Muñoz, ha estimado que los comerciantes autónomos superan los 25.000 y de ellos solo unos 5.000 cuentan con permisos.

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Vallas metálicas se han colocado hasta la calle Inclana, en un tramo de la avenida Pichincha, en el centro de Quito. Foto: El Universo

En días recientes se hizo la presentación del plan de Comercio 2024-2028, que buscaría cumplir tres objetivos: regularizar los mercados, solventar problemas en centros comerciales populares y ordenar el trabajo autónomo en la calle.

Ese plan, según el Municipio, tiene siete ejes estratégicos:

  • Planificación Urbana y Ordenamiento: integrar el comercio con el desarrollo urbano, garantizando espacios adecuados y minimizando conflictos en la ciudad.
  • Gobernanza y Participación: involucrar a comerciantes y gremios en la toma de decisiones, asegurando una gestión transparente y participativa.
  • Mercados, Ferias y Plataformas: modernizar la infraestructura y digitalización para mejorar la competitividad de los mercados municipales.
  • Formalización y Apoyo al Comercio Autónomo: regularizar y fortalecer a los comerciantes autónomos, garantizando condiciones dignas y oportunidades.
  • Infraestructura: invertir en espacios modernos y accesibles para el comercio.
  • Sociedad y Cultura: promover la integración social y cultural del comercio en la ciudad.
  • Centros Comerciales Populares: fortalecer esos espacios para que sean competitivos y atractivos tanto para comerciantes como para consumidores.

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En un tramo de la avenida Pichincha, a pocos pasos de La Marín, el Municipio colocó vallas para impedir la presencia de ventas ambulantes. Foto: El Universo

Para María Ortega, presidenta de la Federación Nacional de Comerciantes Minoristas y Productores del País, que agrupa a 70 asociaciones en Pichincha, que representa a unos 4.000 asociados, el principal problema es que —para ella— no existe control efectivo en el comercio autónomo.

Esa inquietud, expresó, se ha presentado al Municipio, ha habido mesas de trabajo, se han sugerido normativas, reformas, pero no percibe resultados favorables.

Espera que se logre una regularización, pues señaló que hay personas que tienen permisos de comercializar en la calle y otras no.

Uno de los puntos donde se concentra gran cantidad de comerciantes informales es entre la calle Chile y el Playón de La Marín, en el centro de la urbe. Es una de las principales vías para llegar a la plaza Grande.

La tarde del pasado lunes, desde la calle Chile y hasta la calle Inclana, a lo largo de la avenida Pichincha, se observó que se han colocado vallas metálicas de color azul a un costado de la acera a fin de evitar ventas ambulantes y había presencia de agentes metropolitanos.

Sin embargo, en el tramo siguiente, hasta la calle Sucre, a pocos metros del Playón de La Marín, donde no se han colocado las vallas, los comerciantes ambulantes permanecen e incluso prolifera la venta de ropa usada.

La dirigente señaló que hay miembros de la federación que tienen sus permisos y hay lugares específicos donde pueden ofrecer sus productos, pero no pueden ir al centro histórico.

“Sí hay, pero de vez en cuando, no hay mucho control”, señaló. Expresó que se deberían incrementar las inspecciones tanto de la Administración zonal como de personal municipal.

Acerca de la situación de los mercados, Ortega indicó que han ingresado a esos espacios, pero no existe publicidad que genere la llegada de compradores, por lo que hay asociados que no venden.

“De nada nos sirve entrar (al mercado) y que sigan los comerciantes aumentando”, agregó.

Como federación, reveló, han pedido no ingresar a los mercados. A modo de ejemplo, comentó que en El Quinche unos 300 comerciantes ingresaron al mercado de esa parroquia, que se ubica en el nororiente de Quito, pero estimó que se triplicaron los comerciantes en la calle.

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En Quito se estima que hay más de 25.000 vendedores autónomos y de ellos unos 5.000 tienen permisos. Foto: El Universo

Ortega señaló que plantearon que el permiso único de comercio autónomo (PUCA) sea entregado solamente con la referencia del nombre, lo que se ha conseguido, y que tenga una duración de cuatro años, aunque eso no se obtuvo.

Una de las acciones que lleva adelante el cabildo es un censo de comerciantes autónomos. Arrancó el 19 de febrero y se desarrollará hasta marzo de este año. Cifras iniciales indican que se ha levantado información de más de 13.000 comerciantes de 30 parroquias del Distrito Metropolitano. Con ello se brindará claridad sobre la ubicación, situación de los comerciantes y será el principal insumo para desarrollar políticas públicas, expresó el Municipio.

Otras acciones, a decir del Gobierno local, son el inicio de la modernización de mercados municipales con la adecuación de infraestructura, puestos, y trabajan en la consolidación de ferias itinerantes en zonas descentralizadas.

Se trabaja en la actualización de las normativas para los mercados, centros comerciales populares y trabajadores autónomos, pues cada una tendrá una ordenanza de acuerdo a sus características.

Con respecto al control, Muñoz afirmó que se reforzarán para no permitir una competencia desleal y que se aumentarán permisos de comercio autónomo en lugares propicios para la actividad sin especificar el sitio. (I)