Quito, la capital de Ecuador, se prepara para un evento histórico sin precedentes en el país. Del 8 al 15 de septiembre la ciudad será la sede del 53.° Congreso Eucarístico Internacional (CEI), un acontecimiento que congregará a más de 4.000 participantes entre las delegaciones de 53 países y la presencia ecuatoriana.

El arzobispo de Quito, monseñor Alfredo Espinoza, anunció que, tras tres años y cuatro meses de intensa preparación, la ciudad está lista para recibir a los asistentes.

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“Estamos todos listos para recibir a 53 países más el Ecuador, su delegación principal”, afirmó Espinoza, al destacar el reto y el privilegio que representa para Quito ser los organizadores de este evento de escala mundial.

El congreso, que tiene como lema “Fraternidad para sanar el mundo”, comenzará oficialmente el 8 de septiembre con una gran misa campal, donde 1.667 niños de la arquidiócesis de Quito harán la primera comunión.

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Sin embargo, las actividades se iniciarán el 4 de septiembre con un simposio teológico en el auditorio principal de la Pontificia Universidad Católica de Ecuador, que contará con la participación de 475 expertos.

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La organización del evento ha requerido la colaboración de múltiples entidades. El Municipio de Quito, representado por el alcalde Pabel Muñoz, es coorganizador del congreso junto con el Gobierno nacional.

Muñoz expresó el orgullo de la ciudad por ser la sede de este importante evento, el primero de su tipo en América Latina desde 2004.

La preparación ha implicado un esfuerzo logístico significativo, incluyendo la coordinación con el aeropuerto de Quito, el cuerpo de bomberos y los servicios de seguridad. “No se pueden imaginar todo lo que ha significado estos últimos días en reuniones con mesas de trabajo”, comentó el arzobispo Espinoza, refiriéndose a los desafíos de organización.

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El evento no solo tiene importancia religiosa, sino también social y cultural. El alcalde Muñoz destacó la relevancia del lema del congreso, “Fraternidad para sanar el mundo”, en el contexto actual de polarización y fragmentación social.

Anunció que el Municipio extenderá esta discusión al ámbito laico, buscando aplicar el espíritu de fraternidad para abordar los problemas actuales de Ecuador.

Con la ciudad engalanada y lista para recibir a miles de visitantes, Quito se prepara para vivir una semana de reflexión, fraternidad y espiritualidad que asegura dejar una huella indeleble en la historia del país. (I)