El peor incendio de los últimos 30 años se registró en la zona del sector de Guápulo, en Quito, a mediados de septiembre anterior. Durante varios días de intenso trabajo, equipos de bomberos lograron sofocar las llamas que dejaron decenas de hectáreas afectadas, personas sin viviendas, además de flora y fauna destruidas.
Las llamas comenzaron en la zona de Cumbayá, pasaron la avenida Conquistadores, alcanzaron Guápulo y se extendieron por el flanco oriental de la capital, afectando también al parque metropolitano Guangüiltagua y la zona de Bellavista.
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Debido a la magnitud de la emergencia, habitantes de zonas aledañas de Guápulo fueron evacuados de sus hogares y llevados a sitios seguros. La situación alarmó a la capital por la magnitud que cobró el incendio.
En ese mes, en Quito se atendieron 12 incendios forestales y 91 quemas de desechos. Los incendios se replicaron en Chaupi Molino, Conocoto, La Gasca, Chilibulo, quebrada Itulcachi, Nayón, Itulcachi, Chillogallo, río Chiche, La Argelia, La Merced, Panecillo, La Cocha, Colinas del Norte y Eloy Alfaro.
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En esos días, el Municipio presentó 18 denuncias por incendios forestales y hubo inicialmente cuatro retenidos por orden de la Fiscalía.
Durante noviembre anterior, en Azuay y Loja se replicaron otras emergencias forestales de grandes proporciones que motivaron el desplazamiento de aeronaves militares para realizar descargas de agua. En Loja hubo incendios en sectores como la vía Loja-Catamayo y Paltas-Lauro Guerrero-Landapo. Mientras, en Azuay se intervino en Nabón, Cuenca, El Cajas y Santa Isabel.
A inicios de diciembre, en Guayaquil también hubo afectaciones por incendios forestales, como en la zona del cerro Azul.
Luego de 60 horas de labores, el incendio fue controlado con apoyo de más de 300 bomberos que trabajaron en el área. El fuego afectó un total de 36 hectáreas de vegetación. Fue necesario el apoyo de dos aeronaves de la Fuerza Aérea y Policía Nacional para realizar más de 90 descargas de agua en los focos del siniestro forestal.
Entre el 1 de junio y el 1 de diciembre hubo el reporte de 1.182 eventos en el cantón, según datos de la Empresa Pública Municipal de Seguridad (Segura EP). Varios de estos incendios se replicaron en cerro Colorado, autopista Narcisa de Jesús, parque Samanes, entre otras áreas con vegetación.
En total, en incendios registrados en el mismo periodo hubo 1.656 hectáreas (ha) afectadas y además por quema de maleza se consumieron 829,64 hectáreas.
A nivel nacional, entre el 1 de enero y el 9 de diciembre anterior, en el país se contabilizaron 5.693 incendios forestales, lo que demuestra un aumento considerable respecto al año anterior, cuando hubo cerca de 3.000.
Las emergencias de este año han derivado en la pérdida de 82.683 hectáreas de vegetación, según datos oficiales.
Las provincias con mayores afectaciones por incendios se concentraron en la serranía ecuatoriana.
Los daños más graves se concentraron en Loja con 33.769 ha consumidas, seguido de Cuenca y Pichincha con 15.781 y 6.360 ha afectadas. Debido a estas emergencias, según estadísticas de Riesgos, entre julio y noviembre, en medio de la sequía hidrológica, hubo el mayor repunte de alertas sobre todo en la serranía.
En el país, en julio hubo 495 incendios, en agosto 1.197, en septiembre fueron 1.383, en octubre bajaron a 848, pero en noviembre se reactivaron con 1.145, mientras que en diciembre descendieron a 134.
Además, estas emergencias dejaron 47 heridos y 6 fallecidos, también 257 personas damnificadas y 1.659 afectados.
El Gobierno evalúa la adquisición de aeronaves que podrían servir en futuros incidentes. En diciembre hubo la presentación de una aeronave cisterna, cuyo valor sobrepasa los $ 2 millones, que ofrece descargas de entre 710 y 740 galones para atender futuros incidentes. (I)