Con una bandera de Ecuador que cubría su féretro fue despedido anoche el cabo primero Germán Eduardo Morales Salto.

El agente fue asesinado la tarde del jueves, 4 de julio, mientras realizaba patrullaje en una zona de Balerio Estacio, en el noroeste de Guayaquil.

Morales y otros compañeros fueron emboscados en ese sector por delincuentes armados. La Policía cree que está implicada la Mafia 18, una banda que opera principalmente en el sur.

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Se cree que actuó en represalia a un operativo que se realizó en la mañana en inmuebles que eran ocupados por cabecillas en el sur.

Según la Policía, Morales recibió varios impactos de balas en su cuerpo. A pesar de la rápida respuesta de sus compañeros y del personal médico, no pudo sobrevivir a las graves heridas.

El cabo Jairo Riera, de 38 años resultó herido en el ataque. Una bala le perforó el hombro izquierdo, y fue trasladado a una casa de salud.

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El cuerpo de Morales fue llevado al cuartel Modelo de Guayaquil, donde se levantó una capilla ardiente para brindar el último adiós. Varios de sus compañeros policías se congregaron para despedirlo.

Pablo Dávila, comandante de la Zona 8, dijo que la Policía está de luto, pero indicó que Morales deja un legado que será ejemplo para no declinar en la dura tarea de ser policías.

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“El ejemplo que nos deja Germán que sea el impulso para fortalecernos en la lucha contra la criminalidad, contra estos terroristas que amenazan la sociedad. No desmayaremos. Te lo juramos, Germán: no desmayaremos en el trabajo que debemos cumplir, nuestra misión de defender la seguridad a costa de nuestras vidas”, indicó.

Morales tenía 41 años y era oriundo de Bolívar. Tenía 16 años de servicio en la Policía Nacional. Durante su carrera, se destacó por su labor en el subsistema preventivo.

Sus restos fueron llevados hasta Echeandía, donde se iba a levantar otra capilla ardiente. (I)