La visita del papa Francisco en el 2015 fue un momento histórico para Ecuador. El país entero se detuvo, como en 1985 con la llegada de Juan Pablo II. Todos tuvieron su espacio para saludar y pedir la bendición del primer papa latinoamericano que pisó suelo ecuatoriano.
El mundo del arte también disfrutó de su presencia. Tras la muerte de Jorge Mario Bergoglio, el caricaturista José Enríquez Rodríguez, mejor conocido como Pepín, recordó con entusiasmo cómo conoció al sumo pontífice y la travesía que vivió para entregarle un cuadro con su retrato.
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“Yo pensaba entregarle el cuadro en Guayaquil, pero no pude. Regresé de inmediato a Quevedo y salí rumbo a Quito. Fue una labor titánica la mía, una lucha constante de sacar plata para el pasaje, cuidando el cuadro para que no se dañe. Me sentí comprometido, pero la ilusión de conocer al papa me dio más valor”, relató.
El quevedeño, autor de varias obras y pintor de celebridades como Maradona, Pelé, Fidel Castro, Roberto Carlos, José José o Julio Iglesias, lleva más de 50 años dibujando. Pero, para él, haber estado frente a un hombre tan admirable es un momento que jamás olvidará.
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“Uno de los secretarios del papa me recordó porque le entregué una foto cuando me entrevisté con Juan Pablo II. En ese momento, y gracias a él, pude pasar entre la multitud para entregarle el cuadro (al papa Francisco) cuando bajaba de la iglesia La Catedral”, afirmó Pepín.
José no olvida las palabras de Francisco al ver su obra y felicitarlo por haber plasmado su mirada en el lienzo: “Eres un gran artista, me gusta este retrato, me has captado muy bien”. Ese mensaje significó mucho para él, ya que recordó sus inicios como lustrabotas y pintor callejero. Jamás imaginó vivir algo así.
“Gracias a la gente de Quito que me reconoció, el papa permitió que yo ingresara y pude entregarle la obra que posteriormente viajó a Roma”, señaló.
Otro artista ecuatoriano que pudo presenciar y recibir la bendición del santo padre fue Franz del Castillo, un ibarreño que trabajaba en un medio de comunicación capitalino y que logró recrear la fisonomía del papa y entregársela luego de una verdadera odisea.
El cuadro grande, hecho con piezas de pan de oro, se lo iba a entregar en Tababela, pero un exfuncionario en ese entonces se acercó a preguntarme por qué lo iba a hacer.
Contó que al mencionar el programa por el cual habían acudido al aeropuerto y el medio para el que trabajaba en ese entonces, le impidieron acercarse al papa.
“Le dije que vinimos de parte de la nunciatura apostólica y volvió a preguntarme. Le dije que era por un programa televisivo, y me mandaron sacando”, apuntó.
Ese día no logró entregar la obra. Sin embargo, decidido a no desistir, recreó una nueva pieza y, con ayuda de la comunidad, finalmente logró su objetivo.
“Nos la jugamos con la gente. La gente nos ayudó a entregarle el cuadro en la nunciatura apostólica. El papa lo vio, hizo parar la caravana y bendijo el cuadro”, manifestó Franz.
Después de años de carrera, y de haber retratado a personajes como Donald Trump o Lionel Messi, aseguró que las energías que se sentían al ver al papa eran incomparables.
“Yo creo que deberían hacerle santo, porque se sentía una energía absolutamente visible. Recuerdo que la gente lloraba al verlo”, señaló.
Según su testimonio, la muerte del papa Francisco ha golpeado fuerte en el mundo, pero mucho más a quienes lograron conocerlo por su carisma. “Son recuerdos que llevo en mi corazón porque es la primera obra que le hacía a un papa”, concluyó. (I)