El Escudo Nacional o de Armas del Ecuador tiene una serie de elementos y cada uno de estos un significado. Entre estos se encuentran cuatro signos zodiacales que no tienen que ver con el esoterismo ni cuestiones parecidas, sino mas bien que conllevan una connotación histórica muy importante para el país.

Nuestro escudo fue adoptado oficialmente por el Congreso el 31 de octubre de 1900, logrando la implementación presidencial del General Eloy Alfaro el 7 de noviembre de 1900. Días después, el 5 de diciembre, el decreto se publicó en el Registro Oficial.

El diseño artístico del escudo actual pertenece a Pedro Pablo Traversari, afianzándose hasta que en 1916 fue aprobado por el Ministerio de Instrucción Pública. Pero este a su vez es una inspiración del que se le atribuye a José Joaquín de Olmedo, en 1845, con los colores celeste y blanco.

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El 31 de octubre de 1900, el Congreso Nacional oficializó al Escudo Nacional.

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Fauna imponente en escudos

Los elementos del Escudo de Armas son:

  • Cóndor: Con las alas desplegadas y levantadas en actitud de vuelo, es símbolo de energía y esfuerzo.
  • Laurel: Representa la gloria de la nación.
  • Óvalo: Su contorno es de doble borde de color café con uniones del mismo color arriba y abajo.
  • Chimborazo: El volcán más alto, de cuyas nieves perpetuas nace el río Guayas.
  • Banderas nacionales: Son cuatro, dos a cada lado, anteriores y posteriores, que se aglutinan bajo las fases consulares.
  • Palma: Representa la paz en la nación.
  • Listón: Cinta de seda
  • Astas: Son cuatro y coronan cada uno de los pabellones, se presentan inclinadas con puntas metálicas romboidales.
  • Caduceo: Coronado por dos alas y rodeado por dos serpientes, atributo de Mercurio. Es un símbolo de la navegación y el comercio.
  • Río Guayas: El cual se ensancha progresivamente hasta ocupar toda la parte baja del Ovalo. Hacia los costados se incluyen orillas de exuberante vegetación, expresión de la agricultura nacional.
  • Buque a vapor Guayas: Fue el primero que se construyó en América del Sur, en 1841 en los astilleros de Guayaquil. El buque tiene por mástil un caduceo. Los colores del buque y su pabellón ubicado en la proa, son los de la bandera nacional.
  • Fasces consulares: Insignia de los cónsules de Roma, símbolo de autoridad y dignidad.
  • Hacha: (Segur) Hacha grande que formaba parte dejada de una de las fasces de los lictores romanos.
  • Sol Dorado: Significa el oro, importancia para nuestros primeros pobladores, está en el centro, con los signos del zodíaco.
  • Signos del zodíaco: A la izquierda Géminis y Cáncer, a la derecha Aries y Tauro.

Revolución de marzo

Los signos de Aries, Tauro, Géminis y Cáncer corresponden a los meses en que se desarrolló la denominada Revolución Marcista.

Esta revolución fue la reacción que tuvo el pueblo guayaquileño contra los atropellos y abusos del Gral. Juan José Flores -en el poder desde 1828-, quien por medio de la Carta de Esclavitud de 1843 gobernaba al país con facultades casi dictatoriales y con la posibilidad de entronizarse en el Poder de manera indefinida, relata la Enciclopedia del Ecuador de Efrén Avilés Pino.

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Esta circunstancia se agravó por el hecho de que el Ecuador empezó a vivir su primera gran crisis económica. Además, entre otros puntos, la revolución sirvió para rechazar el militarismo extranjero.

El descontento de la ciudadanía por las acciones del gobierno de Flores se sentía en las principales ciudades del país, situación que obligaba al venezolano a actuar con mano dura para reprimir los intentos revolucionarios, misión de la que se encargaba el Gral. Juan Otamendi.

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De esta manera, para acabar con todos los males que aquejaban al país, en Guayaquil se buscó una solución.

Los patriotas se organizaron y el 6 de marzo de 1845 estalló en Guayaquil un movimiento revolucionario de características cívicas. Bajo la conducción militar de los generales Antonio Elizalde y Fernando Ayarza -a quienes secundaron otros militares- la juventud guayaquileña se levantó en armas y se tomó el Cuartel de Artillería, defendido por el Gral. Tomás Carlos Wrigth.

Ese mismo día, el gobernador Manuel Espantoso renunció a sus funciones y convocó en la Casa Consistorial (donde hoy queda el Palacio Municipal) a una Asamblea Popular que estuvo dirigida por José Joaquín Olmedo y Pablo Merino Ortega, la misma que, luego de conocer y analizar las denuncias en contra del gobierno floreano, lo desconoció y redactó un documento que fue llamado Pronunciamiento Popular de Guayaquil.

Entre otros puntos, el pronunciamiento indicaba lo siguiente:

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Art. 1.- Se desconoce la legitimidad y autoridad del actual Gobierno del Estado, y se declaran nulos y sin valor todos los actos, decretos y leyes que se hayan publicado después del día en que cesó legalmente en el mando el actual Presidente y terminó el período que le estaba prescrito, salvo las modificaciones que provisionalmente tenga a bien dictar la Junta de Gobierno, hasta tanto que se reúna la primera legislatura.

Art. 2.- Para sostener este pronunciamiento se nombra un Gobierno Provisorio del Ecuador, compuesto por tres individuos, uno por cada uno de los tres antiguos departamentos de Quito, Cuenca y Guayaquil. Esta asamblea nombrará también a los individuos que deban subrogar a los que no pueden al momento ser nombrados por los departamentos incomunicados y durarán hasta que se presenten los propietarios.

Art. 3.- Se observarán las leyes dictadas por los congresos anteriores a la Convención de Quito; pero serán observadas en todo cuanto no se opongan al nuevo régimen que exigen las circunstancias extraordinarias en que va a colocarse esta provincia.

Diego Noboa, José Joaquín Olmedo, Juan José Flores y Vicente Ramón Roca.

Insurrección popular

El fervor cívico de los guayaquileños estalló en una insurrección popular, y el Cabildo y el pueblo entero _haciendo eco de la acción de armas_ desconocieron al gobierno de Flores y nombraron un Gobierno Provisional integrado por José Joaquín Olmedo, Vicente Ramón Roca y Diego Noboa, en representación de los antiguos departamentos de Quito, Guayaquil y Cuenca, respectivamente.

El triunvirato de Olmedo, Roca y Noboa se mantuvo hasta que se reunió la Convención Nacional (octubre de 1845), encargada de reorganizar la República.

El Gobierno Provisorio nombró entonces al Gral. Antonio Elizalde como General en Jefe del Ejército y, bajo la inspiración de Olmedo, impuso los nuevos símbolos patrios -escudo y bandera- con los colores celeste y blanco de Guayaquil.

La primera diligencia que cumplió la Junta de Gobierno fue la de propagar el movimiento revolucionario por todo el litoral, para luego continuar hacia la sierra.

Flores dispuso a Otamendi para que se encargue de acabar con la revuelta. No obstante, las acciones del gobierno fueron inútiles, debido a que el pueblo guayaquileño acudió a los cuarteles para participar en la lucha.

Otamendi y sus fuerzas avanzaron hasta la hacienda La Elvira, propiedad de Flores, en Babahoyo. El 3 de mayo también llegaron a esa zona las fuerzas guayaquileñas al mando del Gral. Elizalde, quienes sitiaron por tierra y agua a los gobiernistas atrincherados en ella.

El mismo Flores se hizo presente en su hacienda para hacer frente a los revolucionarios. Sin embargo, para entonces el Gral. Juan Illingworth y sus hombres ya se habían sumado a la causa revolucionaria. Así también estallaron motines en Alausí, Loja, Cuenca, Cayambe, Tabacundo y Machachi a favor del proceso, con lo que se cortaron las comunicaciones de Flores con Quito.

La Enciclopedia del Ecuador detalla que el 16 de mayo, José María Urbina, ascendido ya a General, salió de Portoviejo al mando de la II División del Ejército compuesta por 1.200 hombres escogidos, haciendo su entrada triunfal en Guayaquil el 27 del mismo mes. Su presencia en Guayaquil decidió el destino militar de la guerra civil.

Entonces las fuerzas revolucionarias fueron puestas bajo el mando del general Fernando Ayarza, quien aplicó toda su experiencia militar _adquirida durante las luchas por la independencia_ para lograr al fin, luego de bravos combates, la capitulación de las fuerzas gobiernistas.

Antes de su rendición, Flores exigió que se firme también un tratado por medio del cual se brinden beneficios para él y todos sus seguidores. Así surgió el llamado Tratado de La Virginia, que se suscribió 17 y el 18 de junio en la hacienda de Olmedo, en Babahoyo.

Con este documento se puso fin a la dominación floreana y se dio inicio al período ‘Marcista’.

La Convención Nacional reunida en Cuenca, bajo la presidencia de Pablo Merino, quien además presentó un diseño de este mismo escudo el 30 de octubre de 1845, obra atribuida a Olmedo, dispuso lo siguiente referente al escudo de armas por medio del decreto expedido el 6 de noviembre de aquel mismo año.

Escudo de 1845.

El documento se inicia con lo siguiente: “Las armas del Ecuador serán un escudo ovalado que contenga interiormente, en la parte superior, el Sol con aquellas porciones de la elíptica en que se hallen los signos correspondientes a los meses memorables de marzo, abril, mayo y junio”.

De esta manera estos sucesos históricos fueron inmortalizados en el escudo, mediante los signos zodiacales de Aries (marzo), Tauro (abril), Géminis (mayo) y Cáncer (junio). (F)