En la esquina de la plaza de la Independencia, frente al palacio de Carondelet, un pequeño puesto de artesanías se convierte en un portal al pasado. Nelson Gálvez, un artista quiteño de 53 años, recibe a los visitantes con una sonrisa cálida y un sombrero que complementa su espíritu hospitalario, típico de los ecuatorianos.