“Me da mucha tristeza, porque todos los días trabajo para mi casa y ahora todo se fue al suelo”, dijo Estrella Mocha al ver sus enseres y electrodomésticos dañados tras el aluvión que arrasó con gran parte del cantón Piñas, en la provincia de El Oro.

La llamada “Ciudad de las orquídeas” vivió uno de sus días más trágicos. La intensa lluvia del viernes, 28 de febrero, provocó el desbordamiento del río San Roque, cuyo caudal aumentó rápidamente, desbordándose y arrastrando consigo vehículos, motocicletas, enseres y viviendas.

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Para muchos, todo ocurrió en cuestión de minutos. “Todo inició con una fuerte lluvia y, cuando iba a retornar a mi casa, me topé con varios derrumbes. Me quedé atrapado y no pude cruzar. Cuando estaba ahí, vi que se venía el cerro. No me lo esperaba, vi cómo las casas se derrumbaban con personas adentro”, relató un afectado mientras su voz se quebrantaba.

Ya en la mañana del sábado 1 de marzo, la comunidad de Piñas despertó con el firme propósito de reconstruir lo que el aluvión les arrebató. Con botas, palas, escobas, baldes y maquinaria, los habitantes iniciaron una jornada de limpieza y solidaridad para retirar los escombros, lodo y palos que cubrían las calles, viviendas y locales comerciales.

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“Queremos que nos ayuden a retirar los escombros. Gracias a Dios nosotros solo tenemos pérdidas materiales, pero hay gente que se ha quedado sin nada y perdió a sus familias”, expresó Lety Minga, refiriéndose al saldo trágico de fallecidos, entre ellos un niño de 8 años.

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Muchos atravesaron momentos de desesperación tratando de hallar un lugar en donde podrían estar a salvo. “Al principio el agua entró poco a poco, pero de repente todo se metió en la casa y lo perdimos todo. Tuvimos que subir a la terraza para salvarnos”, contó Jorge, uno de los damnificados.

Desde niños hasta adultos, todos se sumaron a la tarea de remover el lodo que invadió hogares, destruyendo muebles, ropa, colchones, electrodomésticos y herramientas de trabajo. A pesar del dolor y la desesperanza, la ciudadanía demostró su fuerza y unidad ante la tragedia.

El Comité de Operaciones de Emergencia, COE, cantonal de Piñas está en sesión permanente para evaluar los daños que deja la temporada invernal. “Lo ocurrido fue una catástrofe muy grave. Tenemos colapsado el sistema de alcantarillado, el agua potable y la conectividad vial. Aún seguimos enfrentando deslaves”, alertó la alcaldesa, Teresa Feijoo.

Mientras las autoridades trabajan en las acciones de respuesta, los piñenses continúan con la limpieza y reconstrucción. “No podemos detenernos”, aseguró Ramiro Condoy. (I)