Sonia Yánez @soniayanezblum

Los ecuatorianos estamos viviendo un combate en nuestras calles y en nuestras redes sociales. Basta con revisar TikTok, Facebook, Instagram y Twitter para ver las posturas que se toman hoy que somos parte de un conflicto armado interno.

Quizás somos aún ingenuos enfrentando una compleja crisis de seguridad que desafía no solo a sus instituciones gubernamentales, sino también al tejido social y económico del país. Nuestros abuelos y padres vivieron la guerra del 41. Millennials observan con desencanto lo que ocurre. Y los más jóvenes, aquella generación que no ve noticias y cree en lo que ve en sus redes como máxima verdad, están desprotegidos. El estrés, la ansiedad y la vulnerabilidad física son parte ahora de estos días en una guerra que recién se inicia.

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Ecuador: la prudencia y el conflicto armado

Podemos tener un hijo, vecino o conocido al que le llegan notificaciones de videos de los GDO (grupos de delincuencia organizada) y los redistribuye. En estado de guerra, ¿puede ser considerado sujeto de investigación? ¿Has conversado con tus hijos sobre cómo manejarse digitalmente en esta conmoción?

Para los ciudadanos, la incertidumbre y la ansiedad emocional de lo que está ocurriendo nos obligan a tomar acciones que quizá nunca antes hemos tomado.

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Ecuador está entre los tres países latinoamericanos más violentos junto con Venezuela y Honduras, indica informe de Human Rights Watch

Medidas que antes eran recomendaciones, ahora son acciones por cumplir.

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Las publicaciones inapropiadas en redes sociales pueden vulnerar tu seguridad y la de tus seres queridos. Durante un conflicto armado es esencial ser sensible con lo que se publica. Evitar compartir contenido que parezca desentenderse de la gravedad de la situación, como fotos o actualizaciones de fiestas o reuniones sociales. Marcas de carros que manejas, fotos de tu vivienda, nombres de mascotas, parientes, datos personales que te convierten en persona vulnerable. Las estafas y delitos cibernéticos se incrementan.

Más consejos

  • Compartir ubicaciones en tiempo real: No digas tu plan de fin de semana, lo que haces en tiempo real o planes de desplazamiento. Asegúrate de que a tu alrededor quienes te acompañan cumplan con esta regla. No hagas visible tu sitio de trabajo.
  • Publicaciones que generen pánico o desinformación: Abstenerse de publicar rumores, noticias no verificadas o información que pueda causar pánico. Imágenes de cuerpos, actos de violencia que, aunque sean una tentación para informar como primicia, generan entusiasmo para quienes las promueven y temor a quienes las ven.

Estemos claros, no hemos vivido una situación así. Ni nuestros políticos, medios de información ni muchas de nuestras autoridades. En este momento, no hay cuidado excesivo. Ser ingenuos nos hace vulnerables y visibles en un conflicto del que no pensábamos que íbamos a ser parte.