Nacía la noche y, con ella, la oscuridad abrazaba al centro histórico de Quito, mientras la Escuela de Actores empezaba a cobrar vida, ahí, en el teatro, cuatro actores calentaban el cuerpo y la voz para presentar el estreno de la obra Píramo y Tisbe. ¿111 modos de largarse?

Antiquísima es la obra, en el año 8 d. C. nació, 111 versos tejen la historia, Ovidio es el autor.

Los versos de Ovidio cuentan una trágica historia de amor de la mitología griega y romana que ha perdurado a través de los siglos y ha inspirado, incluso, la historia de Romeo y Julieta, del autor inglés William Shakespeare.

Lennyn Santacruz (i), Irina Jaramillo, Diego Coral López, director, Silvana Vaca Díaz y Dida Córdova Cruz (d), actrices y actores de la cantera del Estudio de Actores, al final del preestreno de la obra 'Píramo y Tisbe. ¿111 modos de largarse?'. EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas.

El 2 de octubre de 2025, Irina Jaramillo, Silvana Vaca Díaz, Lennyn Santacruz y Dida Córdova Cruz, actrices y actores de la cantera del Estudio de Actores, exhibieron la obra, bajo el mando de los directores Carmen Elena Jijón, Daniela Sánchez y Diego Coral López.

La historia se desarrolló en la ciudad de Babilonia, ahí vivían Píramo y Tisbe, dos jóvenes enamorados cuyas familias eran vecinas y enemigas con pleitos antiguos, que se oponían a su amor. Sus hijos sin culpa alguna pagaron el precio de sus rencores. Ellos, los jóvenes, encontraron una grieta en un muro que separaba sus casas y por ahí se hablaban y se prometían amor. Una noche, con el ánimo de estar juntos, decidieron fugarse de sus casas y el resultado fue la muerte -de cierta forma cumplieron sus deseos de juntarse para siempre-.

'Píramo y Tisbe. ¿111 modos de largarse?'. Una obra presentada por la cantera del Estudio de Actores. EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas.

El escenario del teatro tenía solo lo necesario, lo justo para que sus actores se movieran, se exhibieran, jugaran. Sus voces claras, expresivas, dulces y potentes decían versos y creaban atmósferas de sensualidad, de seducción, de deseo, de erotismo, de pasión, de amor, pero también escenas trágicas, violentas, tristes y cobijadas por el miedo.

“Píramo y Tisbe: el uno, el más hermoso de los jóvenes; la otra, la más destacada de las doncellas que Oriente produjo, tenían dos casas adosadas donde se dice que Semíramis había ceñido de murallas de ladrillo su elevada ciudad. La vecindad provocó el conocimiento y sus primeros encuentros, con el tiempo creció el amor; también se habrían unido por las leyes conyugales, pero lo prohibieron sus padres...”. Así -como de la misma grieta de aquel muro- empezaron a fluir los versos.

'Píramo y Tisbe. ¿111 modos de largarse?'. Una obra presentada por la cantera del Estudio de Actores. EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas.

Sorprendentes cada una de las ocho escenas. Por la compenetración y entrega de los actores, el vestuario bien cuidado, el maquillaje delicado, pero había algo que, si bien la calidad de la actuación no permitía descubrir fácilmente, era imprescindible preguntarse ¿por qué no hay diálogos? En las tablas de los teatros se producen diálogos entre personajes, pero en esta obra, Píramo y Tisbe, destacaban los versos, esos bellos y potentes versos de Ovidio. Los versos se decían mientras actuaban, entonces, ciertamente, parecía un exquisito diálogo de versos.

¿Por qué decidieron reemplazar los diálogos con versos?

—Porque creemos que así podemos evocar en el público sus propias emociones y sensaciones. Completan desde su subjetividad lo que ven con lo que escuchan. Así también, podemos generar una propuesta en la que un mito tan antiguo siga resonando en nosotros hoy en día. Finalmente, remitiéndonos a Alejo Carpentier, los clásicos tienen esa categoría, no por antiguos, ni porque los sigamos leyendo. Son clásicos por la capacidad que tienen esos textos de seguir leyendo al ser humano a través del tiempo. Es decir, para que el texto nos lea, reflexiona la directora Carmen Elena Jijón.

'Píramo y Tisbe. ¿111 modos de largarse?'. Una obra presentada por la cantera del Estudio de Actores. EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas.

Como actores, ¿cómo lograron decir los versos prescindiendo de los diálogos?

—Nosotros como actores tenemos la premisa del juego, entonces, fue jugar. Es más o menos de donde van surgiendo la composición y la creación de personajes y la experimentación de las dramaturgias. El juego nos dio mucho para ir explorando, porque, claro, fue una explicación propia de los directores: no tienen que hablar, tienen que decir el texto y no tienen que representar el texto, sino representar una situación. Había dos narrativas a la par: acciones y situaciones. Cada escena es una cuestión muy situacional con ciertos elementos. La única forma en la que descubrimos cómo hacerlo fue de una forma muy naturalista, algo así como ir equilibrando, cambiando las palabras que le dirías normalmente a tu pareja o a tu amigo, en una discusión, en una situación cotidiana. Estos bellos versos cuentan una historia de amor, porque en la cotidianidad, en las conversaciones tan pasajeras, a veces, hay mucho amor, hay tragedia griega, hay Romeo y Julieta, dice Irina Jaramillo, actriz de la obra y estudiante de la cantera del Estudio de Actores.

'Píramo y Tisbe. ¿111 modos de largarse?'. Una obra presentada por la cantera del Estudio de Actores. EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas.

¿Cómo se siente?

—Agotada. El trabajo escénico es bastante exhaustivo. Para una función de 70 minutos, se invierten seis meses de arduo trabajo, pero, asimismo, es muy fructífero. Es muy personal, pero para mí, como actriz que está culminando su formación en una escuela con la técnica de Segundo Stanislavski, ha sido un reto, porque ha sido poner en crisis todo ese aprendizaje de tres años, por eso escogí el teatro transmedia, porque como actores quedarnos en un lugar de comodidad no nos lleva a ninguna parte. Remover todo eso y experimentar, explorar cosas que uno ya sabe con cosas que todavía no se ha podido enfrentar, eso también es muy importante para la producción artística. Además, me parece que eso pone la vara a un nivel en el cual el resto de actores, directores, productores puedan irse subiendo, explica Irina.

'Píramo y Tisbe. ¿111 modos de largarse?'. Una obra presentada por la cantera del Estudio de Actores. EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas.

En los espacios de tiempo que separaban las escenas, había música y mientras los actores deleitaban con los versos de Ovidio, había videos que abrazaban el escenario como un juego de luces interfiriendo, pidiendo ser vistos, como diciendo: aquí estoy, también soy parte de la obra, precisamente ese elemento es lo que convierte a la obra en una presentación transmedia.

El Estudio de Actores nació hace 16 años, ahí, en sus tablas, se presentará la obra durante los meses de octubre y noviembre, los días viernes, a las 19:00; los sábados y domingos, a las 18:00, en las calles Manabí y Benalcázar.

'Píramo y Tisbe. ¿111 modos de largarse?'. Una obra presentada por la cantera del Estudio de Actores. EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas.

Cuando la obra agonizaba, cual corriente de un riachuelo de agitadas aguas plateadas, saltando pradera abajo, los versos fluían:

“Una sola noche perderá a dos amantes, de los que ella ha sido más digna de una larga vida; mi alma es culpable. Yo te he matado a ti, digna de compasión, yo que te he ordenado que vinieras de noche a unos parajes llenos de miedo y no he venido aquí el primero. ¡Desgarrad mi cuerpo y consumid mis criminales entrañas con fiero mordisco, leones, cualquiera que seáis los que habitáis junto a esta roca! Pero es propio de un cobarde desear la muerte”.

… “¡Recibe ahora también el sorbo de mi sangre!”, “y hundió en sus ijares el hierro del que estaba ceñido, y sin tardanza lo sacó moribundo de la herida que bullía y quedó echado en tierra boca arriba…”.

'Píramo y Tisbe. ¿111 modos de largarse?'. Una obra presentada por la cantera del Estudio de Actores. EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas.

… “Pero después de que, al detenerse, reconoció a su amante, azota sus brazos que no lo merecen con sonoros golpes y, mesándose los cabellos y abrazando el cuerpo amado, llenó de lágrimas las heridas y mezcló su llanto con la sangre y, dando apretados besos al helado rostro, gritó”: “Píramo, ¿qué desgracia te ha arrancado de mí? ¡Píramo, responde! Te llama, querido mío, tu Tisbe: óyeme y levanta tu rostro que yace en tierra”. Al nombre de Tisbe, Píramo elevó sus ojos pesados ya por la muerte y, al verla, los cerró”.

… “Te seguiré en la muerte y seré llamada la más desgraciada causa y compañera de tu muerte; y tú, que, ¡ay!, solo con la muerte podías ser apartado de mí, no podrás ser apartado con la muerte… Dijo y, tras haber dispuesto la punta bajo su pecho, se lanzó sobre la espada, que todavía estaba tibia de muerte…”.