Una biopsia nasal realizada en el hospital Eugenio Espejo de Quito cambió drásticamente la vida de Angie Sánchez, una estudiante de Medicina de 23 años, quien, tras la intervención, asegura haber perdido la visión por completo.
Su abogado, Jorge Piedra, denunció una presunta mala práctica médica que ha causado lesiones y un proceso judicial que, tras más de un año, aún no ha avanzado significativamente.
En noviembre de 2023, Angie acudió al hospital para someterse a una biopsia nasal, luego que un tumor le fuera detectado en el cerebro. Según su abogado, tras insistir reiteradamente, el hospital la llamó de manera repentina para realizar el procedimiento.
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Al ingresar, su madre no pudo acompañarla. La intervención duró entre dos y tres horas y, al despertar de la anestesia, Angie notó que había perdido completamente la visión en ambos ojos.
Desesperada, pidió auxilio a las enfermeras, pero no obtuvo respuesta hasta el día siguiente, cuando un médico le informó que la cirugía había sido un “éxito” y atribuyó la pérdida visual a una reacción agresiva del tumor.
A pesar de la gravedad de su condición, Angie fue dada de alta poco después, sin un seguimiento adecuado por parte del hospital, según el abogado.
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En los días posteriores, especialistas externos confirmaron que la joven había sufrido un daño irreversible en el nervio óptico durante el procedimiento.
Estudios realizados en un hospital oncológico determinaron que su tumor era benigno y podía tratarse con medicación, lo que generó aún más dudas sobre la necesidad y la ejecución de la cirugía.
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La defensa de Angie Sánchez interpuso desde hace más de un año una denuncia en la Fiscalía General del Estado por lesiones derivadas de una presunta mala práctica médica.
Sin embargo, el proceso avanza lentamente. “Seguimos esperando que se designe un equipo de peritos especializados para evaluar su caso y determinar responsabilidades”, indicó Jorge Piedra.
El abogado sostuvo que la falta de celeridad en la investigación ha obstaculizado el esclarecimiento de los hechos y la posible reparación del daño sufrido por Angie. Mientras tanto, el médico a cargo de la intervención continúa ejerciendo su profesión.
A nivel legal, la defensa ha solicitado la recolección de pruebas documentales, testimonios de los especialistas que han atendido a Angie y peritajes médicos que permitan esclarecer si existió o no una mala práctica en el procedimiento realizado. Sin embargo, hasta la fecha, la investigación no ha avanzado con la rapidez esperada, lo que ha generado frustración en la familia de la joven.
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La versión del hospital
En respuesta a la denuncia, el hospital público emitió un comunicado en el que reafirma su compromiso con la calidad de la atención médica y detalla el procedimiento realizado en Angie Sánchez.
Según el hospital, el 31 de julio de 2023, la paciente acudió al área de emergencias con problemas de visión y salida de líquido cefalorraquídeo por la nariz. Tras una resonancia magnética, se diagnosticó un macroadenoma hipofisario, un tumor en la glándula hipófisis que comprometía estructuras cercanas al cerebro.
El 3 de agosto, se realizó una biopsia transnasal endoscópica para obtener una muestra del tumor y cerrar la fístula por donde escapaba el líquido cefalorraquídeo.
El hospital sostiene que la cirugía se realizó sin complicaciones inmediatas y que la pérdida visual de la paciente se presentó un día después, cuando mostró midriasis (dilatación de la pupila) y una disminución en la visión.
En el comunicado también se indicó que, al detectar este cuadro, se realizaron estudios de imagen para evaluar su condición y que los especialistas del hospital han seguido el caso de manera permanente.
No obstante, la familia de Angie aseguró que el hospital no le habría brindado un seguimiento médico adecuado ni ha asumido responsabilidades claras por su estado actual.
Antes de la cirugía, Angie Sánchez llevaba una vida activa como estudiante de la Universidad Central del Ecuador. Sin embargo, la pérdida total de su visión ha cambiado radicalmente su rutina y afectado su bienestar emocional.
Su abogado relató que la joven enfrenta episodios de angustia y ha tenido dificultades para continuar con su formación académica. A pesar de todo, Angie se mantiene firme en su deseo de terminar su carrera en Medicina.
La defensa busca una reparación integral para la víctima, incluyendo el acceso a especialistas que le permitan mejorar su calidad de vida. Además, exige que el Ministerio de Salud Pública tome medidas para garantizar que casos similares no se repitan en el sistema de salud público ecuatoriano.
“Queremos que se haga justicia, que se esclarezca lo sucedido y que se le brinde a Angie el apoyo necesario. Es una joven con sueños y metas que, por una posible negligencia, se ha visto privada de algo tan fundamental como la visión”, concluyó su abogado.
El caso avanza en la Fiscalía, Angie Sánchez y su familia continúan en la lucha por respuestas y atención médica especializada.
Mientras tanto, la joven sigue adaptándose a su nueva realidad con el apoyo de su familia y amigos, y espera que su historia sirva para generar cambios en el sistema de salud del país. (I)