Simón Cruz ha vendido durante el fin de semana al menos 100 botellas de agua y otras 50 de bebidas hidratantes y energizantes a lo largo de las avenidas Malecón y Machala.
Las altas temperaturas han elevado la demanda de estos productos que comercializan los vendedores ambulantes que se ubican en los semáforos.
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”La gente compra de tres, de cuatro. A veces se detienen en los carros, se toman el agua y piden otra rapidito”, cuenta Cruz, quien hasta el mediodía de este domingo ya había vendido unas 20 botellas de agua.
Laura Hinojosa y su hijo fueron dos de las personas que buscaron un poco de sombra bajo un edificio de la av. Machala para beber agua y refrescarse antes de seguir caminando hasta el Malecón.
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”No se aguanta la ciudad. Me baño y vuelvo a sudar, Guayaquil es un horno y no se aguanta la humedad porque no corre nada de brisa”, dijo Hinojosa.
La mujer optó por salir al centro de la ciudad con pantalón corto, una camiseta sin mangas y sombrilla. En las manos cargaba protector solar para retocarse cada media hora.
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Los pronósticos del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) indican que hasta este 17 de marzo se esperan en Guayas temperaturas de hasta 35 grados.
El sábado 16 Guayaquil registró la temperatura más alta en lo que va del 2024. En la ciudad alcanzó los 36,5 grados bajo sombra.
Para este domingo 17, el Inamhi prevé poca nubosidad en la región Litoral, altas temperaturas diurnas y muy altos índices de radiación.
”La humedad, el sol, no se sabe si es mejor estar dentro o fuera de casa porque en ningún lado se encuentra frescura”, mencionó María Paula Espinosa.
Asimismo, Mayra Flores caminó con camisa, gafas y gorra por la calle Rumichaca. Ella contó que salió el sábado a hacer unas diligencias en el centro, pero el sol la obligó a tomar un taxi e ir a su casa.
”Sentía que me ahogaba, no podía caminar ni un paso, tuve que regresarme a la casa, pero hoy me tocó salir. Ya esta vez salí preparada para que no me dé ningún ahogo cuando camine por el centro”, manifestó.
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Por el inclemente sol, en los últimos días el atuendo de los porteños ha incluido sombrillas, sombreros y abanicos.
Eso se puede observar en calles de diferentes sectores de Guayaquil.
Algunas personas han dejado de comprar las botellas pequeñas de agua para adquirir las de litro y hasta cinco litros.
”Caminamos dos pasos y sentimos que nos deshidratamos, hay que salir preparados”, puntualizó Flores. (I)