Más de un centenar de familias artesanas participan este año en la tradicional Feria de Monigotes de Manta, instalada en la parroquia Tarqui.

En el lugar se levantaron 110 carpas, donde los comerciantes exhiben monigotes, caretas y figuras elaboradas en papel y cartón, resultado de meses de trabajo artesanal.

La feria funciona en la avenida 109, entre las calles 103 y 104, un sector conocido como la ex-Inalca.

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Se inauguró el pasado 26 de diciembre y permanecerá abierta hasta este miércoles, 31 de diciembre, con el objetivo de ofrecer a la ciudadanía un espacio organizado y seguro para adquirir los tradicionales monigotes con los que se despide el año.

Detrás de cada figura hay al menos nueve meses de planificación, diseño y elaboración. Los artesanos buscan repetir el resultado del año pasado, cuando lograron vender la totalidad de su producción.

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Variedad y precios de los monigotes

Uno de los rasgos que define la feria este año es la fuerte presencia de personajes de dibujos animados y películas en tendencia.

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Los niños se han convertido en los principales impulsores de la demanda, mientras que los padres asumen la compra, señalan vendedores. Personajes como Kuromi, Stitch, de Dragon Ball y los capibaras destacan entre los más solicitados por el público infantil.

Monserrate Laz, comerciante con diez años de experiencia en la venta de monigotes, explica que el mercado infantil marca el ritmo de la producción. Detalla que los artesanos adaptan sus diseños a las series animadas y estrenos cinematográficos del momento.

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Los precios de estos monigotes están entre $ 10 y $ 18, lo que los convierte en una opción asequible para las familias.

Además del público infantil, existe un segundo grupo de compradores conformado por adultos que buscan figuras tradicionales, pero con mayor nivel de detalle y acabado.

Estos monigotes suelen representar personajes clásicos como el Guasón, Chucky o figuras del fútbol, elaborados con técnicas más complejas y materiales reforzados.

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Marlene Delgado, vendedora de monigotes, indica que estos modelos tienen un público específico y un valor más elevado. Los precios parten desde los $ 70 y pueden superar los $ 200, dependiendo del tamaño y el nivel de elaboración. Explica que la producción se inicia a mediados de año con el diseño de moldes, la recolección de periódicos y un proceso que requiere tiempo, paciencia y conocimientos de pintura y aerografía.

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El impacto económico y los artesanos

La Asociación Artesanos de Papel de Manta cuenta con cerca de 70 miembros formales. Sin embargo, la feria también integra a productores independientes, lo que permite alcanzar entre 100 y 105 puestos de venta. Esta apertura amplía la oferta de monigotes y dinamiza la economía de decenas de familias que dependen de esta actividad.

Otro de los sectores productivos involucrados es el de la parroquia Los Esteros, donde al menos 20 familias se dedican a la fabricación de monigotes. Nixon Vásquez, comerciante del sector, manifiesta que el trabajo comienza en mayo y que este año elaboró alrededor de 60 figuras, en su mayoría destinadas al público infantil. Añade que las ventas han empezado de manera progresiva y que las expectativas se concentran en los últimos días del año.

La feria atiende al público desde las 08:00 hasta las 22:00.

La organización coordinó acciones de seguridad con la Policía y otras entidades, además de la instalación de luminarias y conexiones eléctricas para garantizar el funcionamiento adecuado del recinto.

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Los precios se ajustan a distintos presupuestos. Los monigotes más pequeños se venden desde $ 10, $ 15 o $ 20, mientras que las figuras de mayor tamaño y complejidad alcanzan valores entre $ 100 y $ 230.

Los artesanos aseguran que la oferta cubre todos los gustos y bolsillos, manteniendo viva una de las tradiciones más representativas del fin de año en Manta. (I)