A un día de la Nochebuena los católicos cuencanos están emocionados por el retorno de una de las actividades más importantes que se realizan en la ciudad: el Pase del Niño Viajero.
Si bien es una manifestación religiosa, también es cultural y por eso convoca fácilmente a más de 80.000 personas, según los organizadores. Hay grupos que trabajan largas horas durante la noche y madrugada para preparar el homenaje a Jesús.
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Con nuevos padrinos y sin restricciones se alista el Pase del Niño Viajero en Cuenca
Una de las principales características del Pase, originado en 1961, es la presencia de coloridos carros alegóricos (vehículos decorados que representan pasajes bíblicos) que captan la atención de los participantes.
Detrás de este encuentro hay noches de esfuerzo de quienes se juntan con la única motivación de rendirle tributo al Hijo de Dios, según la creencia católica, que es mayoritaria en la capital azuaya.
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Una de estas agrupaciones la integran los vecinos del barrio San Sebastián, quienes llevan 48 años con esta tradición.
Rubén Becerra, uno de sus directivos, cuenta que su trabajo empieza cuatro meses antes, en septiembre, y en las primeras reuniones se definen los detalles como el tema, conseguir el vehículo, los disfraces, entre otros.
Armar esta alegoría motorizada cuesta alrededor de $ 600, dinero que se obtiene de aportes propios y de amigos o familiares que viven en el exterior, pero contribuyen para esta manifestación de fe.
La razón que lleva a este grupo, que también es conocido como Niño Rey de Reyes, a desvelarse los días previos al 24 de diciembre para dejar a punto su vehículo es el “agradecimiento a él (Niño Viajero), porque nos ha dado la salud, la vida y el bienestar”, explica Byron Alvarado, otro de los integrantes, sobre esta tradición que la han transmitido por tres generaciones.
Y aunque ya tienen experiencia en este tema, las horas previas a la procesión siempre son un poco pesadas porque tienen que dejar toda la logística a punto, puesto que después de adornar la plataforma deben hacer fila para salir entre los primeros la mañana del 24.
Esto es importante porque en esta manifestación declarada Patrimonio Cultural en 2008 participan más de 200 autos y el orden de salida es según como lleguen. Pero a pesar de todo, insiste en que no se cansan porque la fortaleza sale del amor al naciente Jesús.
Para este 2022 el tema que escogieron es el Nacimiento de Jesús y el pintado del cuadro de 2,40 metros de largo por 2,40 de ancho estuvo a cargo de Cristian Cumbe, quien también está presente en las noches de trabajo.
El lienzo es una tabla fina de madera y sobre ella se aplicaron algunos detalles de relieve con papel corrugado y espumaflex. Esto lo hizo en tres días y se le hizo un poco fácil por su habilidad y porque lleva dos décadas haciendo estas obras. “Uno pone el afán, sabiendo que Dios es el artista máximo”, refiere.
Y aunque la noche del jueves la lluvia que cayó sobre Cuenca les impidió avanzar adecuadamente con su trabajo, durante todo el viernes trabajarán para dejar listo el homenaje.
Así está la programación
La organización del Pase del Niño Viajero está a cargo de la Arquidiócesis de Cuenca.
El arzobispo Marcos Pérez detalla que la jornada se iniciará a las 07:00 con un sobrevuelo que realizará él portando la venerada imagen por toda la ciudad y a las 08:30 se celebrará una misa en la Catedral de la Inmaculada.
Una hora después habrá un primer recorrido hacia la iglesia de San Sebastián, en donde se colocará al Niño Viajero en un altar y desde las 10:00 empezarán el Pase.
Un detalle adicional es que para este encuentro se contará con la presencia del nuncio del Vaticano en Ecuador, Andrés Carrascosa, quien liderará la misa y la procesión.
Desacuerdo en torno al Pase del Niño Viajero en Cuenca, a pocas horas de realización de la actividad
Pérez reconoce, además, que esta cita no solamente es religiosa, sino también cultural, lo que se evidencia en la masiva presencia de personajes revestidos no solo de personajes bíblicos como Jesús o María, sino también de otros de la cultura ecuatoriana como los curiquingues, mayorales, negros danzantes, yumbos, entre otros.
Por eso en el año 2008 fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural. (I)