TULCÁN

La desaparición de las niñas Briana y Génesis, de 3 y 10 años, unió fuertemente a las familias materna y paterna de las dos pequeñas pese a que Jorge Campo y Vanessa Villarreal se encontraban separados.

El dolor y la ansiedad por volverlas a ver hizo que durante 107 días no desmayaran en la búsqueda, rastreando varios sectores de Tulcán, protagonizando plantones frente a la Fiscalía de Carchi, presionando a las autoridades policiales y realizando apariciones en los medios de comunicación.

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Ese domingo 29 de octubre marcó una huella de tristeza y desconcierto en las dos familias, pues ese día Vanessa fue encontrada degollada en un terreno cercano al hospital Luis Gabriel Dávila de Tulcán y sus dos hijas fueron reportadas como desaparecidas.

Campo fue aprehendido y desde la cárcel local imploraba por su libertad. Su intención era liderar la búsqueda de las niñas. En un principio fue considerado el principal sospechoso, sin embargo, días después fue liberado, argumentando la Policía que su detención fue por un valor adeudado por pensiones alimenticias de sus hijas.

Hallan cuerpo de Briana, niña reportada como desaparecida; este martes se busca a su hermana en la misma zona de Tulcán

Una serie de versiones comenzaron a tejerse desde los primeros días de las investigaciones. Una de las tías contó que les llamaban indicándoles que alguien las tenía en su poder con vida, por lo que estaban dispuestos a pagar por el rescate.

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Policías y militares se unieron a la búsqueda, activándose los grupos de inteligencia, en las dos instituciones que manejaron hipótesis distintas.

Varias conjeturas generaron esperanza en los familiares que anhelaban tenerlas de vuelta, no obstante, entre el lunes y martes de carnaval, tras información de un labriego del sector, quien realizaba la limpieza de uno de los cinco pozos existentes en Angasmayo, comunidad de María Magdalena, sector periférico de Tulcán, fueron halladas.

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La menor fue extraída de una profundidad de 15 metros de un aljibe la noche del lunes, allí se acabó la ilusión de verlas vivas, y este martes 13, desde las 09:00, comenzó la búsqueda de la segunda víctima.

Después de tres horas de rastrear el pozo donde fue localizada la más pequeña inspeccionaron una segunda cisterna, donde a las 13:00 fue sacada del fondo, a unos 20 metros de profundidad, Génesis, la mayor.

Génesis, segunda niña desaparecida en Tulcán, fue hallada muerta en el fondo de un pozo

El trabajo del Cuerpo de Bomberos fue clave al momento de buscar el cuerpo de Génesis. El efectivo Jimmy Revelo explicó que debieron utilizar cuerdas, poleas, varillas y unos ganchos gigantes tipo anzuelo con los que sacaron el segundo saco de yute, en el que estaba la niña de 10 años. Al segundo intento lograron enganchar el costal de color negro.

A 300 metros de distancia, en un segundo pozo de una propiedad en el sector de Angasmayo, fue encontrada la segunda niña. Foto: Ricardo cabezas

El personal de la casaca roja debió utilizar tanques de oxígeno para sumergirse en los pozos.

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El padre, quien estaba en los arreglos del velatorio de su pequeña hija, ingresó por un chaquiñán corriendo y llorando para ver el cuerpo de la niña mayor, que estaba en descomposición; una mano estaba fuera del saco de yute.

Campo, quien fue el encargado de reconocer a las menores, dijo que por la ropa las logró identificar. “Es un momento duro y doloroso y debe caer todo el peso de la ley sobre el victimario”, enfatizó.

Iván Inti, uno de los familiares, pidió que este hecho no quede en la impunidad y exigió a las autoridades policiales aprehender al culpable de este triple asesinato, quien presumiblemente estaría en una población fronteriza de Colombia.

A Vanessa le cortaron el cuello y horas después sus dos hijas desaparecieron

Richard Dávila, comandante de la Subzona Carchi, comentó que los cuerpos tenían más de tres meses en esos lugares y que Jonathan G. N., quien es requerido por la justicia ecuatoriana, tiene una difusión de color rojo de la Interpol y es el cuarto más buscado en los delitos por violencia de género.

El oficial añadió que están cerca de esta persona y que coordinan acciones con sus homólogos de Colombia.

El lote donde estaban los dos pozos, en cuyo interior fueron arrojadas las niñas, por información de los vecinos era conocido por Jonathan G. N., ya que un familiar cercano arrendaba este predio.

Se presume que llegó en un vehículo, bajó los cuerpos embalados y lanzó a la niña mayor en el aljibe cercano a la vía de segundo orden que termina en ese terreno y luego se movilizó unos 300 metros más allá, donde arrojó a la más pequeña.

Moradores cuentan que cuando había mucho sol o fuertes lluvias salían olores raros desde ese espacio, pero pensaron que podía tratarse de animales muertos. Añaden que en varias ocasiones vieron policías rastreando el sitio, pero jamás imaginaron que podrían estar allí Briana y Génesis.

Velatorio

Este martes, 13 de febrero, las hijas de Jorge Campo son veladas en la funeraria del Sindicato de Choferes de Carchi, en el centro sur de Tulcán.

En el interior están los dos féretros pequeños separados por un ramo de flores de color blanco, con una cinta ancha con letras doradas en la que reza: “Su padre”. Unas 100 personas copan las sillas existentes a las 17:30 de este martes, la mayoría familiares y amigos de las dos familias.

Un ramo grande de rosas blancas ingresa a esa hora, es de los compañeros de Génesis que durante todo el tiempo apoyaron a través de sus padres en las labores de búsqueda.

Jorge Campo está conmocionado, prefiere por ahora no hablar mucho, pero señaló que la muerte de sus hijas no puede quedarse impune.

Permanece en la primera fila, viste un buzo de color azul y familiares y amigos se acercan a ofrecerle el pésame.

Más allá está su madre, con un traje nativo de su lugar de origen, ella fijamente observa las fotografías de sus nietas que están sobre y junto los ataúdes.

La impotencia de ambas familias es evidente, temas de música cristiana que hablan de la muerte como una ganancia vuelven triste este escenario. Las amistades de Jorge le entregan azúcar, entre otros artículos, en una suerte de solidaridad, como acostumbran en sus territorios indígenas.

La misa está prevista para este miércoles 14 de febrero, a las 10:00, en la iglesia de San Clemente, en el norte de la ciudad, tendrán que recorrer aproximadamente ocho kilómetros, y a las 11:00 será el traslado de los féretros hasta el cementerio Ángel María Pozo.

El abogado de las dos niñas y de la madre, Sibson Pozo, ha anunciado que se pronunciará en las próximas horas para hacer conocer cómo marcha el caso y ofrecer varias precisiones sobre el proceso investigativo. (I)