Entre enero y mayo de este año se han registrado 592 siniestros de tránsito en Ecuador por conducir bajo la influencia del alcohol o sustancias estupefacientes. Según estadísticas de la Agencia Nacional de Tránsito, 467 personas han resultado heridas y 34 han fallecido en los accidentes de los últimos cinco meses. El recuento no incluye el siniestro vial más reciente, en el que un conductor en estado de ebriedad se estrelló contra un abuelo y sus dos nietos menores de edad en vía a la costa, el domingo 18 de junio.

Al sujeto detenido por el accidente se le detectaron 2,06 gramos de alcohol en la sangre mediante una prueba de alcoholemia, lo que es un valor mucho mayor del permitido legalmente: 0,3 gramos. A partir de ahí se empiezan a incrementar los efectos del alcohol en el sistema nervioso, tal y como explicó el Dr. Luis Moya, psiquiatra especialista en adicciones, en una entrevista con Radio City.

La tasa de alcoholemia según bebidas habituales.

Según el Dr. Moya, el alcohol es una droga que tiene un efecto depresor del sistema nervioso central del cerebro y actúa en orden descendente: “Lo primero que deprime es la corteza cerebral, que es la parte más evolucionada que tenemos las personas, donde está nuestra conducta social, donde están nuestras censuras. Si no hubiera esta corteza cerebral, las personas actuaríamos como lo más primitivo, lo más instintivo, a un nivel netamente animal”.

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Cuando el alcohol empieza a entrar al organismo, la corteza cerebral del cerebro se duerme y la persona empieza a actuar de forma instintiva. “El sujeto inicialmente parece como alegre, eufórico, fundamentalmente desinhibido, porque el cerebro ha suprimido esta especie de censura de nuestra conducta”, detalló Moya.

Varias personas ebrias pueden tener diferentes comportamientos, que el psiquiatra atribuye a factores biológicos hereditarios, circunstancias sociales del medioambiente, o familiares. Personas que son totalmente inhibidas utilizan el alcohol como un desinhibidor, comentó Moya.

“Hay otras personas que en el mismo grado de alcoholemia pueden ser totalmente violentas y agresivas. A lo mejor, agresividad que estaba reprimida”, explicó.

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Mientras se sigue bebiendo, el alcohol llega a estructuras más profundas del cerebro, que afectan a la emotividad y a la esfera motora. Si hay un grado de ebriedad, el paciente puede estar sin coordinación motora o percepción del espacio y el tiempo.

En el volante una persona en estado de ebriedad puede volverse totalmente agresiva o irresponsable, manejar a grandes velocidades, en contravía, pensar que puede rebasar a los demás o creerse el mejor conductor del mundo y ahí se dan los accidentes”, aseguró el psiquiatra.

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Cuando la alcoholemia supera los dos gramos por litro, la persona se ve seriamente afectada porque tiene una acción sedante, hipnótica, depresora y no percibe adecuadamente lo que ocurre en su entorno, menciona el médico. Si supera los 4 gramos de alcohol en la sangre, entra en coma y entra en peligro la vida del individuo.

“En el momento en que el alcohol llega a deprimir la protuberancia en el cerebro donde se encuentran los centros cardiorrespiratorios, el paciente puede morir por un paro”, manifestó el Dr. Moya.

Pero el peligro no siempre es inmediato. El consumo de alcohol constante puede tener un efecto crónico en el cerebro, que va matando poco a poco las neuronas. “Es causa de lo que se llama demencia alcohólica. Comienzan a ponerse defectuosas la memoria, orientación y concentración”, reveló el médico. “Pueden aparecer hasta conductas suicidas”, añadió.

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Sanciones por conducir en estado etílico en Ecuador

En Ecuador, las leyes de tránsito permiten a los conductores tener hasta 0,3 gramos de alcohol en la sangre. De superar ese valor, el conductor se puede enfrentar a sanciones que van desde multas y reducción de puntos en la licencia de conducir hasta privación de libertad o revocación total de la licencia. (I)

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