Cada vez hay más niños y adolescentes que se infectan de COVID-19 en Ecuador y que sus cuadros también se complican. Al igual que los adultos, están expuestos y son vulnerables. Y las variantes del virus que circulan en el país, como la de Reino Unido que es más contagiosa, pueden elevar los casos y los convierten además en transmisores para grupos en riesgo como adultos mayores o personas con dolencias preexistentes.